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By WomenNow

13, Septiembre, 2022

Zendaya: cómo abandonar la factoría Disney, convertirse en reina del 'blockbuster' y hacer historia a los 26 años

Zendaya en la alfombra roja de los Emmy. Foto: Getty.

Zendaya: cómo abandonar la factoría Disney, convertirse en reina del 'blockbuster' y hacer historia a los 26 años

Su segundo e histórico Emmy por su catártico papel en 'Euphoria' (HBO Max) es la confirmación definitiva: Zendaya está llamada a dominar tanto las taquillas como las ceremonias de premios de la próxima década. Protagonista de la sexta película más taquillera de la historia, la actriz todavía está poniendo a prueba sus propios límites. Y los de Hollywood.

Ixone Díaz

Fue una noche memorable para The White Lotus (5 galardones), Succesion (3), Ted Lasso y El juego del calamar (2), pero si hubo una protagonista indiscutible en la noche de los Emmy esa fue  Zendaya, estrella de la serie de HBO 'Euphoria'. Su premio, a la mejor interpretación femenina en una serie dramática, no era un galardón más, sino un pequeño hito histórico. A sus 26 años, la actriz es la ganadora más joven en acumular dos Emmy, pero también la primera afroamericana en recibir el premio dos veces. Solo Viola Davis comparte reconocimiento con ella.

Nominada también por su trabajo como productora (la más joven de la historia de los premios) Zendaya conseguía el galardón por su fantástica interpretación de Rue, una adolescente en lucha permanente contra la adicción, la ansiedad y la depresión. Pero aunque 'Euphoria' le ha servido para que la crítica especializada se rinda a su talento y los premios se acumulen en sus estanterías, hace tiempo que Hollywood ha entendido que está ante su próxima gran estrella, llamada a dominar las pantallas y, sobre todo, las taquillas.

Después de debutar en la inevitable función escolar (en la que daba vida a un gusano de seda) y de actuar como bailarina en un anuncio protagonizado por Selena Gomez, con 14 años Zendaya entró a formar parte la factoría Disney en series como 'Shake it up', 'K.C. Undercover' o películas como 'Frenemies'. Pero el edulcorado universo juvenil del estudio más famoso del mundo pronto se le quedó demasiado estrecho. Probó a despegar una carrera musical que luego abandonó prematuramente, a bailar en 'Dancing with the stars' y hasta escribió un manual sobre cómo sobrevivir al éxito adolescente mientras Mattel diseñaba una muñeca a su imagen y semejanza. El objetivo estaba claro: que su nombre siguiera sonando hasta que llegara su momento. Y llegó. En 2017, Zendaya entró en la órbita de la industria del blockbuster gracias a un papel en el remake de 'Spiderman'.

Tres entregas de la saga más tarde, Zendaya es una indiscutible estrella mainstream, protagonista, junto a Tom Holland, de la sexta película más taquillera de la historia del cine. Y ni si quiera ese es el único taquillazo de su currículum reciente. Aunque sus siete minutos de pantalla en 'Dune' indignaron a sus fans, la injusticia se reparará en la secuela, prevista para el año que viene y en la que se espera que la actriz asuma uno de los papeles protagonistas. También ha metido la cabeza en el lucrativo negocio del doblaje de animación. En el 'remake' de 'Space Jam' (con 150 millones de presupuesto, aunque unos ingresos de taquilla bastante discretos) la actriz puso voz a Lola Bunny. Más cash a su cuenta corriente. A lo que hay que sumar los 'royalties' que ingresa por las reposiciones de sus series y películas de Disney.

Lejos todavía de estrenar la treintena y con una fuente paralela de ingresos en concepto de contratos publicitarios multimillonarios, se estima que ha conseguido acumular una fortuna personal superior a 20 millones de dólares. La lista de marcas de las que es (o ha sido) imagen es interminable: desde CoverGirl y Lancome hasta Tommy Hilfiger, Bulgari o Valentino. Lo que ella es capaz de ofrecer a cambio está claro: solo en Instagram le siguen más de 150 millones de personas. Y lo confirma la revista 'Time', que este año la señaló como una de las 100 personas más influyentes del mundo, un poder que utiliza para visibilizar causas justas y activismos políticos de diversa índole: desde el apoyo al movimiento Black Lives Matter hasta las campañas para llamar al voto.

Su segundo Emmy solo añade épica a una historia de éxito precoz que todavía está testando sus propios límites. También demuestra que la apuesta por la diversidad de la industria de Hollywood empieza a reflejarse por fin en las listas de premiados, y no solo en las de nominados. 

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