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By WomenNow

10, Agosto, 2022

La 'yatch set': la nueva pandilla de superricos que no puede vivir sin comprar (o alquilar) su yate

Foto: Getty.

La 'yatch set': la nueva pandilla de superricos que no puede vivir sin comprar (o alquilar) su yate

En 2021 se vendieron 887 súperyates en todo el mundo. Mientras la industria vive un auténtico 'boom', las grandes fortunas disfrutan de sus vacaciones (pero también de temporadas más largas) en embarcaciones con todos los lujos imaginables que, sin embargo, tienen un enorme impacto medioambiental.

Elena de los Ríos

Forma ya parte de la cultura popular: la conocida jet set adquirió nombre gracias a Igor Cassini, el periodista del New York Journal-American, designó así a los nuevos ricos que se movían de costa a costa en avión, algo prohibitivo en los años 50. Más de medio siglo después, con el billete de avión reducido a calderilla, la jet continúa siendo jet cuando viaja en avión, pero en su propio avión. O mejor: cuando pasa las vacaciones en yate, mejor propio que alquilado. Sobre todo en verano, más que de la jet set debemos hablar de la 'yatch set'. Una especie en las antípodas de la extinción: prolifera.

Si tienes la impresión de que las vacaciones en barco se han convertido en el nuevo sueño dorado de la clase media, estás en lo cierto. Es el nuevo chalet con piscina en el andamiaje aspiracional de las profesiones liberales. De hecho, alquilar velero, lancha o barco es prácticamente imposible ya en temporada alta, cuando las pandillas de parejas y sin embargo amigos se apelotonan en las cubiertas pagadas por horas. Nada que ver con la vida en yate de los Ortega, los Rabat, los Palatchi o los Andic. Los magnates propietarios surcan ya las aguas del Mediterráneo, de Mónaco a Cerdeña, Mahon o Rodas, a salvo de miradas indiscretas.

Hablamos de embarcaciones que empiezan en los cinco millones de euros, aunque el alquiler puede salir algo más barato: alrededor de 50.000 euros semanales. Algunas son desproporcionadas, como el yate de tres plantas de Tiger Woods que costó 20 millones de euros. Aún se puede ir más allá: el yate de Jeff Bezos costó 430 millones de euros y es tan grande que hubo que diseñar un plan especial para sacarlo de los astilleros en Rotterdam: se chocaba con el famoso puente De Hef. Julio Iglesias tiene su famoso avión Gulfstream G550 en venta, pero se construye ya un yate a medida en Polonia. Y el mayor yate familiar del que se tiene noticia, el Lady E, acaba de amarrar en Maó (Menorca): es de un millonario australiano y se alquila por 650.000 euros a la semana. Consume 600 litros de combustible a la hora.

En 2021, la industria náutica vendió una cifra récord de 887 súperyates en todo el mundo, casi doblando el número de embarcaciones de gran lujo vendidos el año anterior. "Estamos viviendo la mayor explosión de negocio en la historia de la industria", anuncia The New York Times. Tanto, que de doblar las ventas podemos pasar a un crecimiento exponencial: firmas como Denison Yachting trabajan con una lista de entregas que ronda el millar de yates y súperyates. Los megaricos prefieren estos últimos, pues no son un mero vehículo de transporte como los jets, sino verdaderas mansiones flotantes en las que se pueden alojar durante largas temporadas. En los últimos veinte años, la longitud media de los yates de lujo ha aumentado un tercio, hasta casi los 50 metros de eslora.

Paradójicamente, el boom de la industria del yate viene acompañado por un medio ambiente global poco favorable a este tipo de embarcaciones, terriblemente contaminantes y que malgastan un combustible que las legislaciones tratan de limitar al máximo. De hecho, el gobierno canadiense ya ha anunciado un nuevo impuesto a la venta e importación de coches, aviones y barcos de lujo, efectivo desde el 1 de septiembre: el 20% de su precio irá a parar a las arcas del estado canadiense. Probablemente, este tipo de tasa al lujo no será ningún problema para los megarricos que gastan millones de euros in despeinarse. Más complicado es el asunto de la contaminación, aunque también hay soluciones. Fernando Alonso ya está en ellas: ha encargado a la firma Sunreef la construcción de un yate eléctrico que sea totalmente eco.

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