8, Abril, 2022

Villa Pacheca, casa rural boutique en Cantabria. Fotos: cedidas
Villa Pacheca: una casa rural 'boutique' entre los infinitos prados verdes de Cantabria
Si quieres despertarte entre vacas y frondosos árboles centenarios, te recomendamos esta casa de 150 años, totalmente rehabilitada y con capacidad para diez personas. Si no desconectas en Semana Santa es porque no quieres.
Carolina Rodríguez
A solo una hora y media de Bilbao y a tres y media de Madrid, se encuentra Villa Pacheca Boutique, una casa rural de 150 años totalmente rehabilitada por Andrea y Germán, un joven matrimonio enamorado del impresionante entorno natural de Cantabria. La casa no tiene nada que envidiar a otros hoteles boutiques del norte, como Palacio de Samaniego o SantaMaria de Briones, de los que ya te hemos hablado.
Con capacidad para 10 personas, Villa Pacheca dispone de un espacio de 300 m2 distribuidos en dos plantas, con un gran recibidor, cocina independiente totalmente equipada y tres baños completos (uno de ellos con bañera), cinco habitaciones y la joya de la corona: una cuadra reconvertida en un gran salón. Si el interior está lleno de detalles, el exterior no le anda a la zaga. La construcción está rodeada de un jardín de más de 2.500m2, con una zona para barbacoa.
La casa, en efecto, es una joya en sí misma. Uno podría viajar hasta allí y no salir ni a tomar el aire, pero le aconsejamos que no lo haga, porque lo más increíble de Villa Pacheca son las vistas que la rodean. La casa se ubica en el Valle de Toranzo, uno de los Valles Pasiegos de Cantabria bañados por el río Pas, así que es fácil que te despiertes en un entorno con el que Federico García Lorca habría soñado. ‘Verde que te quiero verde’ es todo lo que viene a la cabeza al mirar por las ventanas y apreciar un entorno natural único en el corazón de Cantabria.
Al llegar, no te dejes engañar por su fachada rocosa: sus interiores combinan tradición y modernidad, dando a la decoración y el ambiente un equilibrio perfecto. La vivienda conserva la construcción montañesa original, respetando la piedra, los muros y las vigas del estilo arquitectónico más tradicional.
Los alrededores de la casa son mágicos. El jardín da paso a campos de pasto con vacas y animales silvestres, además de la majestuosidad de la vegetación de la zona, con árboles frutales, robles y alcornoques, en algunos casos centenarios, que podrás abrazar en tus paseos si te da un ataque agudo de conexión con la naturaleza.
Si no tienes suficiente con la casa y su jardín, te proponemos otros planes a tiro de piedra. A tan solo diez minutos, están las Cuevas de El Castillo y sus pinturas rupestres de 150.000 años y que, atención, están abiertas al público. Toda una novedad teniendo en cuenta que muchas cuevas similares cierran por conservación o tienen un acceso demasiado difícil. Si lo tuyo no son las excursiones, solo un poco más lejos, a 15 minutos en coche, se encuentra un paraíso para relajados: el imponente Hotel Balneario de Puente Viesgo, con un espectacular circuito termal.
Una vez recuperada, podrás dar un paseo por los alrededores. En la zona hay muchos pueblos y aldeas por descubrir. Te recomendamos Viejoris, donde podrás disfrutar de la gastronomía cántabra más tradicional en el restaurante El Molino de Viejoris, a escasos minutos de la casa. Raciones abundantes a muy buen precio y un molino que alberga los vinos locales más selectos conforman una opción gastronómica con cocina de la de antes con mención especial a su cocido montañés.