Escapada

La Vega de Pas, el pueblo medieval de Cantabria donde hacer una (golosa) ruta gastronómica

Cuna del sobao y la quesada, además de afamado centro de elaboración de quesucos y mantequilla, la localidad cántabra de La Vega de Pas es el corazón gastronómico de un bello paisaje natural y cultural.

Uno de los pueblos cántabros perfecto para una escapada rural es La Vega de Pas. Ubicado en las verdes montañas del sur de Cantabria que se deslizan hacia Burgos, los pasiegos, pastores de origen celta, conservaron durante siglos sus ancestrales costumbres debido al forzado aislamiento. Entre ellas, las recetas de dos dulces tradicionales que se han convertido en símbolos de toda Cantabria: el sobao y la quesada.

En una de las tres villas pasiegas, La Vega de Pas, nació precisamente el Doctor Madrazo, innovador investigador, dramaturgo y mecenas del teatro, gracias a quien (aunque fuera de forma indirecta) hoy el sobao puede degustarse en cualquier lugar. Pues fue una cocinera del sanatorio que él fundó en su localidad local, Eusebia Hernández, la que a finales del siglo XIX sustituyó por harina blanca la masa de pan de la receta antigua para hacerlo tan delicioso, con su aroma a mantequilla, como es actualmente.

La quesada, que los pasiegos elaboraban en fechas señaladas, es una tarta horneada de cuajada con huevos, harina, mantequilla, limón y canela, que forma parte también de la herencia ganadera de La Vega de Pas. Tal es así que el monumento a ambos productos de repostería que se encuentra en la villa tiene forma de cabaña pasiega, la tradicional construcción de piedra y tejados de lastras que aún puede verse en las verdes (o nevadas) laderas del Valle de Pas, donde los pastores semitranshumantes se refugiaban en sus viajes en busca de los mejores pastos para sus vacas.

Aunque no existe mejor monumento que acercarse hasta La Vega de Pas y degustar allí mismo estos dulces, después de un cocido montañés o carnes de pasto a la brasa. Por ejemplo, en Semana Santa, cuando se celebra cada año una fiesta dedicada al sobado y la quesada con actividades de todo tipo. Todo un homenaje a las materias primas de kilómetro cero y la elaboración manual tradicional. Una de las costumbres rurales sobre las que podemos aprender más en el Museo Etnográfico de las Tres Villas Pasiegas, ubicado La Vega de Pas. Otros monumentos significativos de esta villa son la iglesia parroquial del siglo XVII y las casonas montañesas de floridas balconadas que se concentran en su plaza.

Rutas de senderismo

No obstante, La Vega no es solo un pueblo bonito. La visita no se puede completar sin detenerse también en sus alrededores, donde los pastizales verdes pintados por el hombre en las laderas se alternan con bosques de avellanos, fresnos, castaños y robles que esconden cascadas como las Pozas de Viaña. Siguiendo el camino del río Yera nos encontramos con un pintoresco puente, un puente y varias cabañas típicas, reconvertidas algunas para turismo rural. Existen en total ocho rutas senderistas señalizadas cerca de esta villa, seis de ellas de pequeño recorrido, como la circular (de 9 kilómetros en total) de los Miradores de Valnera o las más fáciles del Valle de Viaña (6,5 km. y un desnivel de 270 m.) y de las Praderas de Ruyemas (5 km.).

En definitiva, una deliciosa escapada a los idílicos valles pasiegos cántabros a 66 km de Santander o 100 de Bilbao para conocer (y disfrutar) del origen del sobao.

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