13, Julio, 2022

Mel y Jack en la cuarta temporada de 'Un lugar para soñar'. Foto: cortesía de Netflix.
'Un lugar para soñar': 5 razones por las que sigue siendo la serie más adictiva de Netflix
La apuesta por el romanticismo elevado a la enésima potencia convirtió a 'Un lugar para soñar' en uno de los 'hits' de Netflix. Cuando está a punto de estrenarse su cuarta temporada, analizamos el secreto de un éxito tan inesperado como imparable.
Ana Mª Caballero
Hay series de las que te gusta presumir cuando quedas con tus amigas o hablas con tus compañeros de trabajo. Otras, en cambio, sientes que no son para ir aireando abiertamente, aunque en el fondo te encante saborearlas en la intimidad de tu casa. La definición exacta de un buen placer culpable. Ejemplos hay muchos, desde 'Los Bridgerton' hasta Emily in Paris. Si tú también perteneces al club de las románticas empedernidas, seguramente tendrás marcada en el calendario la fecha de estreno de la cuarta temporada de 'Un lugar para soñar' ('Virgin river' en la versión original), además de las otras series imperdibles de este verano. El 20 de julio aterriza en Netflix la que, según parece, será la entrega con más tensión sexual entre Melinda y Jack y (atención, spoiler) un tercero en discordia que viene a completar el vértice de un sugerente triángulo amoroso. Si ya eres fan de 'Un lugar para soñar', no hace falta convencerte, pero si todavía no entiendes el fenómeno, te explicamos en qué consiste este adictivo 'guilty pleasure'.
1. Romanticismo en vena
Chico conoce a chica, ese es el eje sobre el que se sostienen la mayoría de las historias de amor que tradicionalmente hemos visto en la pequeña y en la gran pantalla. Y 'Un lugar para soñar' apuesta por esa fórmula tan clásica como infalible. Ella es Melinda Monroe (Alexandra Breckenridge), una comadrona que se muda al pequeño pueblo Virgin River, en California, para rehacer su vida tras la muerte de su marido Mark; él es Jack (Mark Henderson), el dueño del restaurante del pueblo que está a punto de formar una familia con otra mujer hasta que conoce a Melinda. El drama romántico está servido.
2. Vivan los estereotipos
Atención al reparto de los roles de género: ella, una enfermera y cuidadora; él, un ex marine traumatizado que necesita que alguien le cuide. 'Un lugar para soñar' no huye de los clichés sobre el amor romántico. Al contrario, los abraza, los eleva y los sublima. En la cuarta temporada, además, añade el enésimo cliché del manual: un triángulo amoroso gracias a un apuesto médico recién llegado al pueblo. Tampoco faltan los embarazos sorpresa ni las dudas sobre la paternidad de la criatura. Un auténtico pleno al quince.
3. Paisajes ansiolíticos
Aunque la historia transcurre en un apacible pueblo de California, la ficción está rodada a las afueras de la ciudad canadiense de Vancouver, que destaca por sus frondosos bosques, sus relieves montañosos y sus increíbles lagos. Snug Cove, New Westminster, Squamish o Port Coquitlam son algunas de las localizaciones del área metropolitana de Vancouver que sirven de telón de fondo del hit de Netflix. Y son otra de las razones de su éxito. Un abrazo apasionado siempre luce más con un lago montañoso de fondo (Ver foto).
4. Buffet libre de dramas
Al misterio sobre la paternidad de la criatura (¿será de Jack o de Mark, su difunto marido?), se suman los dramas aledaños de los personajes secundarios. El regreso más esperado de la cuarta temporada es el de Hope (Annette O'Toole), una de las ausencias más sonadas de la tercera entrega que dejó a sus fans desolados, y que terminó con ella hospitalizada. También se conocerá la identidad de la persona que disparó a Jack.
5. Placer culpable infinito
Si antes de que se estrene la cuarta temporada ya estás pensando si habrá una quinta, relájate. Hay material de sobra para una sobredosis continuada de azúcar. Si tenemos en cuenta que la serie está basada en los 25 libros de la saga 'Virgin River' de Robyn Carr, (sí, 25, has leído bien), estamos seguras de que vamos a tener 'Un lugar para soñar' para rato.