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Tres trucos de oficinista experimentada para exprimir la jornada intensiva, salir a tu hora y disfrutar de la tarde

Foto: Getty.

Tres trucos de oficinista experimentada para exprimir la jornada intensiva, salir a tu hora y disfrutar de la tarde

Llevas esperándola todo el año y ya está aquí. Pero la jornada intensiva también tiene sus retos y su periodo de adaptación. Para conseguir salir a tu hora y disfrutar del resto de la tarde, necesitas una buena estrategia y aumentar tu productividad al máximo. Te contamos cómo.

Elena de los Ríos

Pongamos que ya has superado el periodo de adaptación que requiere la jornada intensiva, una de las grandes ventajas del verano que, sin embargo, conlleva sus renuncias. Puede que seas de las muy organizadas y expeditivas que logra seguir saliendo, como un reloj, a la hora. Sin embargo, la gran mayoría de las oficinistas terminan regalando muchos minutos, a veces horas, por no ser capaces de terminar las tareas en un solo tirón. Si es tu caso, probablemente te ayuden estos trucos.

1. Alta concentración hasta las 10

Los expertos recomiendan alternar tareas de alta concentración con zonas de baja exigencia para no cansarnos. Sin embargo, lo realmente interesante es localizar las tareas urgentes y exigentes que vas a tener que llevar a cabo en la jornada y liquidarlas antes de las 10, cuando aún estamos muy descansados y alerta. Desconecta el teléfono, cierra el correo electrónico y sumérgete en esas tareas sin pestañear. Tras dos horas de trabajo intenso, permítete un café, una conversación informal con un colega o responder al correo electrónico. Así podrás enfrentarte a otro lapso de tiempo con alta concentración antes de terminar la jornada laboral.

2. No comer después de las 12

Sobre todo si desayunas en casa muy temprano, seguramente vas a tener que hacer una pausa para tomar un tentempié en algún momento de la mañana. Lo ideal es no caer en las tentaciones de la máquina y recurrir a fruta, frutos secos o proteína que nos traigamos de casa. La alimentación es clave a la hora de maximizar la concentración: grasas, azúcares y bebidas excitantes o con gas no son lo más adecuado para ello. Pero, además, nos interesa no comer nada después de las 12 de la mañana. Un estómago que ruge es el mejor acicate para terminar cuanto antes y correr a comer a casa.

3. Pactar la hora de entrada y salida con tu jefe

Para poner en marcha este truco necesitarás la complicidad de tu jefe inmediato, pero es fácil que se te conceda. Se trata de entrar a trabajar diez o quince minutos antes de la hora y salir diez o quince minutos antes. De esta manera, logramos entrar en concentración más fácilmente cuando aún no hay nadie alrededor y nos motivamos para aprovechar esa licencia para salir un poco antes. Lo haremos más rápidamente, sin entretenernos en despedidas y sin aglomeraciones en la puerta.

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