¿Son los gimnasios las nuevas discotecas?

Marita Alonso.

Aunque poco a poco el ocio nocturno está regresando, después de un año y medio en el que la vida nocturna se ha llevado a cabo fuera de las discotecas muchos han encontrado en los gimnasios la nueva pista de baile.... Y todo sin que el baile esté necesariamente involucrado. Los centros deportivos (igual que las oficinas) están viviendo una verdadera revolución, innovando en tecnología y experiencia del usuario.

Con esta filosofía, Trucycle acaba de abrir sus puertas en Madrid. El centro reúne la metodología real de entrenamiento de ciclismo con la tecnología más puntera y un espectáculo de luces, sonido y ambiente durante las clases. Complicado echar de menos la discoteca cuando consigues que, por fin, entrenar sea una fiesta.

En Barcelona, puedes disfrutar de la experiencia en LoveCycle, un estudio de ciclismo indoor bañado por los mejores ritmos musicales, luces dignas de tus mejores noches y una combinación de ritmo, coreografía y energía grupal que te harán sentir como toda una ‘nightclubber’.

Mientras tanto, el famosísimo Trib3 sigue abriendo centros en España. El que el coste aproximado para poner en marcha uno de estos clubs sea de entre 400.000 y 600.000 euros deja claro que la fórmula funciona pese a su inmensa inversión inicial. Estos gym boutiques tienen adeptos por todo el mundo, que aseguran que sus entrenamientos de alta intensidad (HIIT) enganchan gracias a sus entrenadores, la música mezclada por DJs y los ritmos fiesteros (que no festivos).

La pandemia ha conseguido que entrenar se convirtiera en una nueva forma de actividad social en la que reunirse con los amigos, conocer gente nueva y liberarse del estrés cambiando las resaca por las agujetas. Pero, ¿por qué está tan de moda entrenar en centros cuyas luces recuerdan a las de las discotecas?

Desde un punto de vista sensorial, este tipo de iluminación permite que te centres en la actividad que practicas, la interiorices y notes cómo te hace sentir. La iluminación cromática es esencial en estudios como ChromaYoga, que emplea luces de colores para potenciar los beneficios del yoga. Además, el que las luces sean oscuras frente a la iluminación intensa de los gimnasios tradicionales ayuda también a que nos desinhibamos, perdiendo el miedo a ser juzgados y dejándonos llevar por la música y la energía.

Que ahora relacionemos entrenar con socializar es la razón por la que incluso hayamos cambiado nuestro look para ir al gimnasio. Si antes empleábamos una camiseta roída y un pantalón de chándal cualquiera, ahora es habitual recurrir a los últimos diseños de Beyoncé para Ivy Park, a las creaciones de Stella McCartney para Adidas o a las firmas de entrenamiento que triunfan en las redes sociales, como Fastlove y sus lanzamientos conceptuales.