13, Octubre, 2022

Foto: Getty.
Quién teme a Sinéad O’Connor, la angelical cantante que en los 90 escandalizó al mundo rompiendo una foto del Papa
Marcada y cancelada como una mujer desequilibrada e incontrolable desde que rompió una imagen de Juan Pablo II en televisión, el documental ‘Nothing Compares’ (que podría aspirar al Oscar) reivindica ahora la figura de Sinéad O'Connor.
Elena de los Ríos
La hambrienta industria de la rehabilitación fílmica no conoce fronteras, solo hay que ver la oportunista escabechina a Marilyn Monroe que nos llega cada tanto o las revisiones más o menos desalmadas que abrevaron en los dolores y sufrires de Nina Simone, Amy Winehouse o Aretha Franklin. No estamos ya ante la inevitable lectura de época del mito, sino frente a la repetición formularia de una estrategia insistentemente cruel: la reivindicación en clave lectura de género de mujeres a las que ni siquiera se resarce simbólicamente, pues la restauración de sus biografías queda casi siempre colgando del hilo de la espectacularización de lo anecdótico y sepultada como un contenido más en la avalancha de títulos en ‘streaming’.
Tarde o temprano, la apisonadora de los documentales 'revival' con nombre de mujer debía llegar a Sinéad O’Connor, diva, musa, diosa y rebelde de múltiples causas casi siempre incomprendidas. Celebremos que sea ahora, aún con la cantante viva (55 años) y disponible para recoger los frutos que produzca esta siembra. ‘Nothing Compares’, el documental firmado por Kathryn Ferguson, se centra en los primeros años de estrellato de la irlandesa, cuando agitaba la bandera del aborto, el antirracismo, el pacifismo o la denuncia de los abusos de la iglesia católica. Casi mejor. Los avatares posteriores de su biografía, marcados por el reciente suicidio de su hijo de 17 años y la enfermedad mental, merecen quedar fuera de la maquina de picar carne para el entretenimiento. Algunos críticos apuntan que este documental podría llevarse un Oscar. Ojalá.
Marcada y cancelada
Pocas autoras han provocado tanta hostilidad como O’Connor, protagonista de una de las escenas icónicas de los años 90. Imbuida por el viejo espíritu de la canción protesta y la grito de "¡luchad contra el verdadero enemigo!", la irlandesa rompió la foto del papa Juan Pablo II en dos en el popular programa de la televisión estadounidense ‘Saturday Night Live’. Fue una afrenta imperdonable no tanto en la católica Irlanda, que comenzaba a destapar los escándalos y corrupciones de su todopoderosa iglesia, sino en todo el territorio de lo políticamente correcto, donde quedaría marcada y cancelada como una mujer desequilibrada, incontrolable, loca. Antes había cantado ‘War’, de su adorado Bob Dylan, a capela.
La industria americana la canceló de por vida y medio mundo la odió por actualizar con su dulce voz la denuncia del racismo que, en su momento, encumbró a Dylan. Pero ya no eran los 70, y la América de los 90, el mundo de los 90, no pudo soportar que aquel bellezón de ojos verdes y cabeza rapada que emocionaba hasta las lágrimas con ‘Nothing Compares 2 U’ (le cantaba a su madre, fallecida en un accidente en 1985) tuviera una agenda política. Ni siquiera Madonna la apoyó: "Creo que podía haber defendido sus ideas de otra maneras en vez de romper la imagen de alguien que significa tanto para tanta gente", dijo la supuesta reina de la subversión 'pop'.
Conversión al Islam
Antes, Sinéad O’Connor ya se había negado a actuar en un concierto en el que sonó el himno de Estados Unidos y decidió boicotear la entrega de los Grammy en 1991 en protesta por la guerra del Golfo. Era candidata a cuatro premios, incluido el de mejor disco por ‘Nothing Compares 2 U’, pero su vocación no fue jamás ser una estrella del pop. Al contrario: mucho antes de que la generación Z hiciera su particular revolución viral a favor de la diversidad, O’Connor denunció la deriva comercial de la industria de la música, su machismo y su racismo. No volvió a sonar en América, pero siguió grabando disco tras disco, hasta una decena, y actuando en directo, siempre con éxito.
In 2018, Sinéad O’Connor se convirtió al Islam y cambió su nombre por el de Shuhada' Sadaqat, prueba de que los pesares espirituales no fueron una anécdota en su biografía. El documental hace luz acerca del sufrimiento que la joven Sinéad padeció debido al catolicismo en el seno familiar, un dolor que fue el dolor de toda una nación que despertaba a décadas de abuso en forma de malos tratos, abusos sexuales, robo de niños, correccionales abusivos o trabajos forzados. En 2005, poco antes de su fallecimiento, Juan Pablo II se convirtió en el primer Papa que pidió perdón por los abusos sexuales a niños de los sacerdotes católicos. En 2018, la ciudadanía irlandesa votó en referéndum eliminar la prohibición de abortar que se impone desde la constitución. Un gran mural en el centro Dublin, la ciudad donde nació la cantante, dice: "Sinéad, tenías razón. Lo sentimos mucho".
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