11, Abril, 2022

Un pueblo medieval. Foto:Getty
Semana santa: estos seis pueblos medievales están más cerca de lo que crees. ¡Escápate!
A pesar de su aparente rivalidad, Madrid y Barcelona, tienen más en común de lo que creen. No nos referimos a sus aguerridas hinchadas, sino a estos maravillosos pueblos medievales, con castillos y calles empedradas, a menos de dos horas del centro de cada ciudad.
Carolina Rodríguez
Si vives en Madrid o Barcelona probablemente te sientas parte de la ciudad con todas sus ventajas e inconvenientes, incluidos el estrés y el ritmo de vida acelerado. Por eso, a veces, es necesario retomar paz y tranquilidad, respirar aire puro y disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Sobre todo, en Semana Santa. Por eso, después de recomendarte tres maravillosos hoteles boutique en el norte (Villa Pacheca, Palacio de Samaniego y SantaMaria de Briones) ahora te sugerimos seis preciosos pueblos medievales con mercadillos y calles empedradas. No te sorprendas si te cruzas con Dulcinea.
En Madrid, no puedes perderte…
Sepúlveda
Este pueblo medieval de menos de mil habitantes pertenece a la asociación de los pueblos más bonitos de España y está a apenas una hora y media de Madrid. Sus calles empedradas esconden bares con ambiente y pastelerías tradicionales con dulces típicos como rosquillas, pestiños, hojaldres y manoletes. Los fines de semana se convierte en un punto de reunión con mucha afluencia turística y no es para menos. Además de un pueblo con encanto, está muy próximo a las Hoces del Duratón, un enclave natural inigualable con numerosas rutas, sitios de picnic e incluso actividades al aire libre como excursiones en kayak.
Pedraza
El lugar favorito de Samantha Vallejo-Nájera, al igual que Sepúlveda está a apenas una hora y media de Madrid y también presume de ser uno de los pueblos más bonitos de España. Pedraza hace honor a su nombre: es una villa medieval amurallada que se caracteriza por la piedra con la que están construidas tanto fachadas como suelos. Pasear por sus calles te transportará a otras épocas y tiene rincones preciosos de los que disfrutar.
Patones de Arriba
En la sierra de Ayllón y a tan solo una hora de Madrid, está este pequeño pueblo con una arquitectura muy característica: piedra y pizarra decoran casas y calles que conforman un lugar único. En fin de semana y festivos, sus vías se transforman y se llenan de turistas que disfrutan de sus terrazas y restaurantes. Si eres partidario de la actividad física, existen senderos alrededor del pueblo que pueden disfrutarse sin necesidad de ser un gran excursionista.
En Barcelona, no puedes perderte…
Mura
En el Parque natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac y en medio del esplendor natural tan característico de esa zona de Barcelona se encuentra Mura, un pueblo pedregoso con encanto medieval a poco más de una hora de distancia de la gran urbe. Callecitas encantadoras y muy instagrammeables conquistan a todo el que lo visita. El 24 de abril el pueblo tiene una atracción extra: ese día se celebra la festividad de San Marcos, patrón de la localidad, con una fabulosa feria de artesanos con puestos de degustación y venta de los productos típicos de la zona.
Cardona
Visitar el castillo de Cardona es imprescindible para cualquiera, pero en especial para aquellos que lo tienen a un paso de su casa. A tan solo una hora y diez minutos en coche de la Sagrada Familia, este pueblo es algo más grande que los otros, pero igualmente cautivador. Su castillo, en la actualidad reconvertido en Parador Nacional, preside en lo alto de un monte elevado sobre un pueblo cuyas calles albergan pequeños comercios y restaurantes. Además, su famosa muntanya de sal, una de las minas de sal potásica más importantes del mundo, se puede visitar. Un fenómeno natural único en el mundo convertido en atracción turística.
Castellet i La Gornal
Con el pantano de Foix a sus pies, este pueblo de la comarca del Alto Panadés está a escasos cincuenta minutos del centro de Barcelona. Al pueblo se accede a través de una carretera que bordea el embalse, y es un lugar perfecto para pasear en primavera donde entre grandes campos de pinos. Al norte del pantano, hay un imponente castillo del siglo X, y es el punto de partida de interesantes rutas. En junio tiene un atractivo añadido: la celebración de un mercado medieval famoso por su esmero. No solo se pueden degustar vinos y cavas, también cruzarse con mercaderes, caballeros y hasta princesas. Un auténtico viaje en el tiempo.
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