Roz Brewer: ¿quién es la CEO mejor pagada del mundo?

Ixone Díaz

Cuenta Roz Brewer que la ética de trabajo la aprendió en casa. Nacida en Detroit en 1962, su padre tenía tres trabajos diferentes y su madre trabajaba en la cadena de montaje de General Motors. Ella, que era la menor de cinco hermanos, fue la primera en estudiar una carrera universitaria en su familia. Ahora, además de ser una de las mujeres más poderosas del mundo (puesto 48 según Forbes), es la CEO mejor pagada del planeta al frente de la cadena de farmacias norteamericana Walgreens Boots Alliance, que dirige desde 2021.

Aunque quería ser médico y estudio química, también se graduó en Derecho en Stanford y cursó un programa de negocios en la prestigiosa Wharton School. Después de empezar a trabajar como técnica de investigación en la compañía global de productos de higiene Kimberly-Clark, fue escalando dentro del organigrama hasta convertirse en presidenta global. Luego, decidió cambiar de aires y aceptar una posición más modesta en Walmart antes de empezar a encadenar ascensos dentro de la cadena de grandes superficies. Así ha explicado aquella decisión, que terminó siendo estratégica para su carrera profesional: "Cuando llegué a Walmart me tomé 90 días para viajar y conocer el negocio como aprendiz. Mi posición inicial no fue de liderazgo. Escogí tener la mente abierta sobre las oportunidades que tenía por delante".

De ahí saltó a la cadena de tiendas Sam's Club, donde fue presidenta y CEO, y después, en 2017, a Starbucks, donde asumió el puesto de COO o jefa de operaciones. Miembro del consejo de administración de Amazon desde 2019, Brewer fichó por Walgreens en 2021 cuando la cadena de farmacias (con más de 9.000 establecimientos en Estados Unidos) se enfrentaba al reto de distribuir las vacunas del COVID a lo largo y ancho del país. Su compensación económica está a la altura del desafío: el 2021 Brewer ingresó 28 millones de dólares, de los cuales 20 fueron en forma de acciones de la compañía. El bonus que recibió al aceptar el trabajo ya fue considerable: 25 millones de dólares.  

Durante su liderazgo al frente de Starbucks, impulsó importantes políticas de sostenibilidad, pero también implantó una formación obligatoria en diversidad para todos los empleados de la compañía. Ella mejor que nadie sabe lo que es sufrir discriminación, tanto racial como de género. Ha contado, por ejemplo, que a menudo la confunden con cocineras o limpiadores porque se asume que como mujer afroamericana no puede ocupar una posición de liderazgo. "Si hay un lugar en el que no existen los prejuicios, no lo he encontrado", ha dicho.

Pero como le contaba recientemente al diario USA Today, también ha encontrado la manera de gestionarlo. "Muchas veces soy la única en la mesa, o la única en la sala que es una persona de color o una mujer. Al principio de mi carrera, eso probablemente afectó a mi autoestima, porque sentía que a nadie le importaba, que nadie me escucharía sólo a mí, ocupando ese pequeño asiento. Ahora no me preocupa porque entiendo perfectamente por qué estoy en esa sala. Y lo aprovecho al máximo. Creo que mis respuestas, mi compromiso y mi influencia provienen de mi condición de mujer de color. Y lo aprovecho".