30, Agosto, 2022

Kim Kardashian posando para el 'Tonight show' de show de Jimmy Fallon. Foto: Getty.
¿Para qué se inventó su cuerpo Kim Kardashian? Para que el mundo necesitara 'Skims', su multimillonaria marca de fajas
Camaleónica y perfectamente reconocible, Kim Kardashian es la mujer icónica por excelencia del siglo XXI, pero atrás queda esa imagen de frivolidad asociada a su presencia y su 'life style', (que también). En el mundo del 'show', y por extensión del 'show business', ella sabe moverse reconvirtiéndose en empresaria de fajas y ejerciendo abogacía. Todo en una.
Elena de los Ríos
Hace tiempo que los grandes emprendedores no dedican recursos y esfuerzos a detectar necesidades no cubiertas en el mercado. Sin embargo, invierten hasta lo impensable para crearlas, promoverlas y satisfacerlas. Es un complejo mecanismo sencillo de entender pero caro de activar que hasta hace una década monopolizaba el mercado de la moda y la belleza. Justo hasta que llegaron las redes sociales y las influencers pudieron hacerse con él. La mayoría como agentes de la gran industria. Unas pocas para sí misma. La que más, Kim Kardashian.
Pocos se atreven ya a reducir a Kim Kardashian a icono de la frivolidad. Al fin y al cabo, parece decidida a ejercer la abogacía y ya ha aprobado el primero de los dos exámenes que lo permiten. Su objetivo: liderar la lucha por la revisión de penas a presos afroamericanos condenados sin pruebas o en juicios sin las debidas garantías. Mientras, se las arregla para hacer crecer su particular imperio influencer, donde brilla como joya de la corona es Skims, su marca de lencería íntima o moldeadora. Otra ironía: la mujer que se quiso icono de moda, ha triunfado vendiendo las prendas más detestadas. Sí, son fajas.
En realidad, Skims vende mucho más que lencería moldeadora, reductora o fajas. También produce en un rango de tallas amplio ropa interior, medias, pijamas, camisones y batas, chándales, calcetines, camisetas, trajes de baño y sudaderas. Algunos ‘drops’ (las minicolecciones que aterrizan cada cierto tiempo en la tienda online) se venden en cuestión de minutos. La última valoración de Skims de la que se tiene noticias, en 2022, situaba el peso de la compañía en 3.200 millones de dólares. Sin duda, la calidad textil, de confección y de diseño es apreciable, pues las críticas a los tejidos es excelente, especialmente en las prendas moldeadoras. Pero, ¿de verdad necesitamos moldearnos en pleno siglo XXI? Parece que sí.
En realidad, la magia de Kim Kardashian no ha sido tanto fabricar la faja perfecta como convencernos de que necesitamos llevarlas. En el siglo llamado a emancipar definitivamente a las mujeres, parece que existe cierta unanimidad de deseo en perseguir, al precio que sea, la silueta de reloj de arena que se ha convertido en la seña de identidad Kardashian. Aunque sepamos que es producto de una voluntad de hierro y demasiados procedimientos quirúrgicos, aspiramos a replicarla como sea. Y si tiene que ser con una faja, sea. Han sido miles de fotos publicadas en Instagram a lo largo de más de una década de bombardeo aspiracional para llegar aquí. A Skims. A llevar faja. Como nuestras abuelas.
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