'Jacindamanía'

Por qué dimite Jacinda Ardern: la doble carga de ser una mujer joven al frente de un país

La carga de gestionar una crisis sanitaria mundial, un atentado terrorista y la lucha contra la inflación han agotado la energía de la primera ministra de Nueva Zelanda. Jacinda Ardern, con el estilo cercano y amable que la ha hecho famosa, ha anunciado que ya no puede seguir liderando su país.

NAPIER, NEW ZEALAND - JANUARY 19: Prime Minister Jacinda Ardern announces her resignation at the War Memorial Centre on January 19, 2023 in Napier, New Zealand. (Photo by Kerry Marshall/Getty Images)

Desde que Jacinda Ardern y Sanna Marin se convirtieron en las primeras ministras más jóvenes en liderar sus respectivos países (Nueva Zelanda y Finlandia) en 2017 (con 37 años) y 2019 (con 34), su edad y género no han dejado de suscitar tantos comentarios como sus decisiones. En el caso de la neozelandesa, una de las mujeres más inspiradoras de los últimos años, ha anunciado que dimitirá antes de que termine su mandato porque ya no le queda la energía suficiente para continuar.

«Me voy porque un papel tan privilegiado conlleva una responsabilidad, la de saber cuándo eres la persona adecuada para liderar, y también cuándo no lo eres. Sé lo que requiere este trabajo, y sé que ya no tengo suficiente en el tanque para hacerle justicia. Es así de simple», ha explicado Jacinda Ardern tras considerarlo. «Los políticos somos humanos. Damos todo lo que podemos durante el tiempo que podemos. Hasta que llega el momento de dejarlo. Y para mí, es el momento. Se trata de saber cuándo tienes lo que se necesita y lo que se necesita para liderar, pero también tener el coraje de saber cuándo no lo tienes. Estaría perjudicando a Nueva Zelanda si continuara», añadió.

Durante su mandato, que terminaba este año, Jacinda Ardern ha logrado erigirse como símbolo de un liderazgo diferente, basado en la empatía, la amabilidad, y la cercanía (como se reflejaba en su Instagram), a pesar de haberse enfrentado a decisiones difíciles, desde el cierre más estricto de las fronteras durante la crisis del covid-19 hasta el control de armas tras el asesinato de 51 personas durante un atentado contra dos mezquitas en Christchurch o la erupción el volcán White Island. No dudó en acudir a la Asamblea General de la ONU en 2018 con su bebé en brazos, intentando normalizar así el papel de madre y líder a la vez.

No obstante, las críticas a la ineficacia de sus medidas para combatir la inflación han causado una crisis de popularidad a nivel interno que la ha desbancado de su pedestal de líder carismática. Su valiente cruzada contra los fumadores o la pobreza menstrual no han sido suficientes para acallar el sexismo e incluso las amenazas a su seguridad.

Cuando le han preguntado cómo quería que la recordaran, Jacinda Arden no ha dudado en responder: «Como alguien que siempre trató de ser amable». Y ha asegurado que se puede ser amable y a la vez fuerte, empático pero decisivo, optimista pero enfocado. Como ha confirmado el primer ministro australiano, Anthony Albanese, tras conocerse la noticia: «Ha demostrado que la empatía y la perspicacia son poderosas cualidades de liderazgo».

Líder joven y carismática

Su llegada al poder en 2017 la convirtió en un fenómeno global . Jacinda Ardern era una líder joven, carismática, feminista y empática para un país de apenas cinco millones de habitantes mientras, al otro lado del mundo, Donald Trump acababa de convertirse en el presidente de la mayor potencia del planeta presumiendo de estilo autócrata, inflamable y errático . En los sectores progresistas, Ardern se convirtió en un pequeño símbolo de resistencia que la pandemia se encargó de consolidar. Su buena gestión y sus excelentes reflejos (sus confinamientos preventivos fueron un éxito y evitaron miles de muertes) le convirtieron en una líder respaldada también por las encuestas. En mayo de 2020 el 76% de los neozelandés aprobaba la gestión de Ardern .

Pero desaparecido el enemigo común, sus índices de aprobación se fueron desplomando y, de fronteras neozelandesas para dentro, su gestión cada vez encuentraba menos apoyos . Por un lado, está la inflación , que en estos momentos pasa factura a todos los líderes del mundo: desde Biden a Macron. Y eso que en Nueva Zelanda la subida de los precios «solo» ha alcanzado el 6% (muy por debajo del 9,2% que promedia el mundo desarrollado) y que Ardern ha prometido una ayuda de 220 dólares a todos los hogares con ingresos medios y bajos .

Sus detractores le acusaron, además, de no haber sido capaz de llevar a cabo reformas de fondo para resolver los grandes problemas estructurales del país. Por ejemplo, la pobreza infantil , que en Nueva Zelanda afecta al 13,6% de los niños. O el precio de la vivienda , que entre 2017 y 2021 ha aumentado un 58% en el país. Durante su mandato, el precio medio de una vivienda ha alcanzado la estratosférica cifra de 626.000 dólares norteamericanos. Tampoco ha logrado contener las emisiones de CO2 que han aumentado un 2,2% desde 2018 y, para colmo, el estallido de la violencia entre bandas juveniles se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de los neozelandeses.

Sin embargo, de puertas para fuera, Ardern ha seguido conservando su halo de carisma que le ha garantizado una visibilidad sin precedentes para un líder neozelandés. Además, se ha convertido en una pieza diplomática clave de las relaciones de China con el resto del mundo . «En respuesta a las crecientes tensiones o riesgos en la región -ya sea en el Pacífico, en el Mar de China Meridional o en el Estrecho de Taiwán-, la posición de Nueva Zelanda sigue siendo coherente: pedimos que se respeten las reglas y normas internacionales; que se recurra a la diplomacia, a la desescalada y al diálogo en lugar de a las amenazas, la fuerza y la coerción», decía la primera ministra esta misma semana.

Muy dependiente de China en todo lo relativo al comercio exterior, Nueva Zelanda está obligada a mantener una relación diplomática fluida con el gigante asiático. Y en un escenario altamente volátil por la guerra entre Ucrania y Rusia, pero también por las amenazas del régimen de Pekín a Joe Biden por el viaje de Nancy Pelosi a Taiwán, Jacinda Ardern regresó a los titulares de la prensa internacional .

21 de marzo-19 de abril

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