4, Agosto, 2022

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Por qué los acuerdos prematrimoniales se están imponiendo en las bodas 'millennial' (aunque las parejas no tengan dinero)
Antes reservados a las clases más acomodadas para preservar el patrimonio de cada cónyuge, cada vez más parejas jóvenes que deciden casarse optan por firmar un acuerdo prematrimonial. Es una forma de ahorrarse disgustos (y deudas indeseadas) y resolver una separación de manera rápida e indolora si la relación no funciona.
Elena de los Ríos
Estamos ante una tendencia paradójica. Mientras los matrimonios están a la baja en todo el mundo occidental (y las tasas de divorcio continúan al alza), suben como la espuma los acuerdos prematrimoniales. Los datos son tozudos. Si en 1964 hubo 3.315.614 matrimonios en la Unión Europea, en 2017 la cifra descendió hasta los 1.950.935. Al mismo tiempo, el número de divorcios se ha triplicado, y en 2017 se situó en 940.447 separaciones legales y definitivas en toda la UE. En España, el 18,7% de los divorcios solicitados en 2021 fueron contenciosos, pero muchos podrían resolverse de mutuo acuerdo si se hubiera firmado un acuerdo. Las famosas capitulaciones matrimoniales.
Los abogados de familia detectan un aumento de este tipo de pactos, hasta la fecha reservados a las familias adineradas que tratan de preservar el patrimonio de cada cónyuge. Hoy, sin embargo, se busca organizar la vida económica de la pareja antes de pasar por el altar y, sobre todo, minimizar los daños financieros en caso de ruptura. Incluso comienza a aparecer un tercer escenario de conveniencia para estos acuerdos: la existencia de deudas (presentes o futuras) que habrían de ser resueltas por uno de los miembros de la pareja y en ningún caso solidariamente, por los dos.
Permiten organizar la vida económica de la pareja y minimizar los daños financieros en caso de ruptura
En realidad, este asunto de las deudas queda meridianamente aclarado en los matrimonios que escogen el prudente régimen de separación de bienes. Sin embargo, los que se casan a lo loco, en gananciales, pueden encontrarse con desagradables sorpresas en forma , por ejemplo, de tarjetas de crédito o financiaciones puntuales que pueden recaer, indebidamente, en uno de los cónyuges.
Además, los contratos prematrimoniales pueden precisar otras cuestiones como la renuncia a la pensión compensatoria, la obligación de pagar pensiones, el reconocimiento de una indemnización en caso de divorcio, o decidir qué va a suceder con la vivienda conyugal si se rompiese el matrimonio. Evidentemente, siempre que no afecte a menores.
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