22, Diciembre, 2021

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Caso Peng Shuai: ¿puede el MeToo sobrevivir al sistema censor en China?
Mes y medio después de que la tenista china Peng Shuai acusara a un destacado miembro del partido comunista de violación y acoso sexual, la deportista ha reaparecido para negar las acusaciones. Mientras la preocupación por su seguridad persiste, el retroceso del movimiento feminista en China se confirma.
Por Ixone Díaz
Luciendo una chaqueta con la bandera china, Peng Shuai reaparecía hace unos días en un evento deportivo para conceder una breve entrevista en la que negó las acusaciones de acoso sexual y violación que ella misma vertió en noviembre contra el ex viceprimer ministro chino Zhang Gaoli. "En primer lugar, tengo que subrayar un punto extremadamente importante: nunca he dicho ni escrito que nadie me haya agredido sexualmente", rectificaba Peng. "Se trata de mi intimidad personal. Posiblemente ha habido muchos malentendidos. No debería haber una interpretación distorsionada", explicaba la tenista en una breve intervención en la que aseguraba que mientras la falta de noticias sobre su paradero era motivo de preocupación a escala global ella había estado descansando en su casa. "Siempre he sido muy libre”, concluía la tenista. Sin embargo, la rectificación de Shuai, convertida en una heroína del movimiento MeToo en China, ha sido recibida con escepticismo a escala global.
En primer lugar, porque el medio con el que rompió su silencio, el diario con sede en Singapur Lianhe Zaobao, es conocido por simpatizar con el régimen de Pekín. Pero también porque la censura contra ella ha sido implacable desde que en noviembre acusó de violación y acoso sexual al Gaoli en un post de Weibo, el Twitter chino. Apenas 30 minutos después de la publicación de su denuncia, el post era eliminado de manera fulminante.
"Sé que alguien de su eminencia, viceprimer ministro Zhang Gaoli, dice que no tiene miedo. Pero incluso si soy solo yo, como un huevo estrellándose contra una piedra o una polilla dirigiéndose hacia el fuego y cortejando la autodestrucción, diré la verdad sobre ti", escribía Shuai en una carta dirigida al político que hasta su reciente jubilación era uno de lo siete miembros del Comité Permanente, el máximo órgano de gobierno del Partido Comunista de China. El régimen chino bloqueaba también palabras clave como "tenis", emojis relacionados con el caso y todos los comentarios y menciones acerca del escándalo.
Naiomi Osaka o Serena Williams han visibilizado el caso en redes bajo el hashtag #WhereisPengShuai
Después, la deportista desaparecía del mapa durante más de tres semanas. Entonces, la WTA (Asociación Femenina de Tenis) tomaba un decisión sin precedentes anulando todas los torneos profesionales en China mientas exigía una investigación y estrellas del tenis como Naomi Osaka, Serena Williams, Andy Murray o Rafa Nadal apoyaban a la tenista en las redes sociales bajo el hashtag #WhereisPengShuai. Ante la llamada al boicot contra los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, que se celebrarán en febrero en Pekín, Shuai participó en una videollamada con el Comité Olímpico Internacional mientras medios afines al régimen publicaban pruebas, en forma de vídeos y fotos, para demostrar que la deportista seguía con vida.
Y sin embargo, sus primeras declaraciones públicas no han convencido a nadie. De hecho, han tenido el efecto contrario. Mientras la WTA ha reiterado la necesidad de una investigación independiente ("como hemos afirmado sistemáticamente, estas comparecencias no alivian ni abordan las importantes preocupaciones de la WTA sobre su bienestar y su capacidad para comunicarse sin censura ni coacción") organizaciones como Amnistía Internacional siguen denunciando la situación de Peng. En un tuit, Yaqiu Wang, activista de Human Rights Watch, escribía con ironía: "Qué natural, qué auténtico. Todo el mundo se lo cree. Enhorabuena al Partido Comunista de China".
El escándalo confirma el retroceso de los derechos de las mujeres y el movimiento feminista en China, provocado por su poderoso aparato censor, pero también por una nueva política de género promovida desde el gobierno de Pekín. Según el New York Times, la discriminación contra las mujeres está al alza en el país asiático y el presidente Xi Jinping está liderando la promoción de los roles tradicionales de género con llamamientos a que las mujeres "asuman las responsabilidades de cuidar a los ancianos y a los jóvenes, así como de educar a los niños" mientras, al mismo tiempo, tratan de estimular un nuevo baby boom para paliar la grave crisis demográfica que afecta al gigante asiático.
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