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¿Qué opciones tiene Liz Truss de convertirse en la próxima primera ministra del Reino Unido?

Liz Truss. Foto: Getty.

¿Qué opciones tiene Liz Truss de convertirse en la próxima primera ministra del Reino Unido?

Solo quedan dos candidatos: Rishi Sunak y Liz Truss compiten por convertirse en los líderes del partido conservador británico y, de paso, en los próximos inquilinos de Downing Street. Pero, ¿qué opciones tiene la ministra de Exteriores (y admiradora de Margaret Thatcher) de que su candidatura sea la ganadora?

Ixone Díaz

La carrera por la sucesión de Boris Johnson empieza a definirse después de varias rondas de votaciones y acalorados debates televisivos. Ya solo dos candidatos aspiran al liderazgo del partido conservador que, en este caso, también implica ocupar la oficina del primer ministro del Reino Unido, después de que Penny Mordaunt fuera la última candidata en ser eliminada. Rishi Sunak, ex ministro de Hacienda después de ser uno de los dimisionarios que precipitó la dimisión de Johnson, y Liz Truss, la todavía ministra de Exteriores del gobierno británico. Pero, ¿quién tiene más opciones de convertirse en el próximo inquilino de Downing Street?

Aunque Sunak, otro admirador confeso de Margaret Thatcher, podría parecer el heredero natural de Johnson de momento no parte con una ventaja obvia. ¿A favor? Es un líder carismático e insultantemente joven y el 'partygate' apenas le ha salpicado. ¿En contra? Su desconexión con las clases medias y su origen privilegiado podrían pasarle factura. Recientemente, un vídeo en el que afirmaba no tener amigos de clase trabajadora se hacía viral. Además, su mujer, Akshata Murty, es una de las mujeres más ricas del Reino Unido y su fortuna supera, incluso, a la de Isabel II. ¿Lo peor de todo? Murty no pagaba impuestos en el Reino Unido mientras su marido era ministro de Hacienda. Aunque Sunak es el favorito entre los legisladores conservadores, ganarse a las bases será su mayo reto.

La historia de Liz Truss es totalmente diferente. Casi opuesta. Cuando era una niña, sus padres, dos profesores que militaban a la izquierda del partido laborista, le llevaban a todas y cada una de las manifestaciones de la época. A las que reclamaban el cierre de las centrales nucleares pero, sobre todo, a las que protestaban contra las políticas conservadoras de Margaret Thatcher. Pero eso no impidió que Truss terminara afiliándose al partido conservador, ocupando diversas carteras en los gobiernos tories y convirtiéndose en una admiradora confesa de Thatcher. De hecho, hace tiempo que la prensa británica se refiere a ella como la "nueva dama de hierro". Según algunas encuestas, cuenta con la aprobación del 82 por ciento de las bases tories.

Truss, de 46 años, vivió su particular epifanía en la universidad de Oxford, donde además de estudiar Filosofía, Políticas y Económicas, abrazó la ideología liberal y los postulados del libre mercado hasta empezar a militar con 21 años en el partido conservador. Su carrera dentro de la formación ha sido meteórica. Fue ministra de Medio Ambiente con David Cameron y después, ocupó la cartera de Justicia en el gabinete de Theresa May. Entremedias, Truss vivió dos momentos de intensa popularidad mediática: un discurso de 2014 en el que ,mientras reivindicaba con vehemencia los quesos británicos, popularizó una expresión ahora convertida en meme que se repite en bucle cada vez que la prensa menciona su nombre y una relación extramatrimonial con un diputado tory que duró 18 meses y que pese a todo no logró terminar con su matrimonio con el contable Hugh O’Leary, con el que tiene dos hijos.

Aunque defendió (sin excesiva convicción) la continuidad del Reino Unido en la Unión Europea, lo hizo por puro pragmatismo: según la prensa británica solo le importaba situarse en el lado vencedor de la consulta. Y aunque en 2010 aspiró tímidamente a suceder a Theresa May, se dio cuenta a tiempo de que todavía no había llegado su momento y decidió apoyar a Johnson. El primer ministro la premió con la cartera de Comercio Internacional y después de una remodelación de su gabinete, con la de Asuntos Exteriores. Considerada una "superministra" dentro del gabinete del primer ministro, Truss se ocupa ahora de las negociaciones del Brexit con la Unión Europea.

Ambiciosa, muy hábil en las redes sociales (donde el lema 'In Liz we trust' se repite incesantemente entre las bases conservadoras), fan del café espresso y de la retórica de autoayuda, sus antiguos colaboradores la han descrito como una persona obsesiva, que solo confía en su propio instinto y que atribuye sus errores del pasado a las veces (contadas) que lo ha traicionado. Acusada de tener gustos caros (una comida de cuenta abultada con una representante de la administración norteamericana hace unos meses está haciendo correr ríos de tinta en la prensa británica) se ha ganado una reputación de ser una líder dura e implacable. O como un antiguo subordinado la describía de manera gráfica en un perfil del diario 'The Times': "La diferencia entre ella y un rottweiler es que el perro en algún momento suelta a la presa".

Entonces, ¿qué tiene Truss a su favor? Las bases la quieren. Y eso ya es mucho. Su papel en la guerra de Ucrania ha recibido un aplauso casi unánime. Y el hecho de que todavía sea ministra la convierte en el miembro más prominente del actual gobierno británico. Quiere bajar los impuestos (y apelar a los votantes conservadores con la medida) y subir el gasto militar. ¿En contra? Tiene cierta tendencia a meter la pata en los discursos públicos. A parte de eso, su gran "problema" es el propio Sunak. 

Pero aunque de momento las encuestas dan a Truss como favorita, su ventaja no es tan amplia y aún quedan seis semanas por delante. El ganador se conocerá el 5 de septiembre después de una votación en la que participarán 1800.000 afiliados del partido conservador.

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