28, Junio, 2022

Las nuevas vacaciones inteligentes: retiros para adquirir nuevos hábitos que aumentan la productividad
La relación entre vacaciones y productividad está más cerca de lo que parece. Porque si bien las primeras sirven para desconectar del trabajo, también nos ayudan a desbloquear y recargar pilas para volver a la oficina más productiva. Ahora bien, la fórmula de tumbona y sombrilla no es suficiente. Si de verdad quieres notar un aumento de tu productividad prueba con los retiros, unas vacaciones alternativas con las que incorporarás rutinas a tu día a día durante todo el año.
Elena de los Ríos
No se trata de orientar las vacaciones también a mejorar en el trabajo: está claro que necesitamos descansar. Sin embargo, si nos encontramos en una fase de mejora personal o nos apetece darle un plus a las vacaciones más allá de la playa o el turismo, tenemos más opciones que nunca. De hecho, podemos compatibilizar desconexión, relax y aprendizaje gracias a la proliferación de retiros más o menos largos, enfocados a practicar técnicas, hábitos y capacitaciones novedosas. Son, sin duda, las vacaciones más inteligentes.
Determinadas técnicas y algunos hábitos de nueva incorporación se proyectan más allá del estilo de vida para impactar en el rendimiento profesional. El caso más evidente es el de la innovación que tiene que ver con la alimentación: la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte de que una alimentación adecuada puede incrementar la productividad en un 20%. ¿Qué nos interesa? Depurar la dieta con soluciones vegetarianas, veganas o macrobióticas o aprender a nutrirse con alimentos locales y de temporada contribuye a un bienestar corporal que colabora a la concentración y otros procesos mentales. Los retiros que proponen una cocina detox extienden sus beneficios al resto del año.
Las vacaciones nos ofrecen cierto espacio libre para integrar nuevos aprendizajes
Otra actividad que nos interesa adquirir como hábito, algo más fácil si superamos la barrera de los 21 días practicándola con cierta consistencia, tiene que ver con el yoga, la meditación o el mindfulness. Son prácticas que cuesta mucho adquirir durante el año, cuando la jornada laboral ya nos exige mucha dedicación mental y física. Sin embargo, las vacaciones nos ofrecen cierto espacio libre para integrar nuevos aprendizajes que pueden mostrar su utilidad, por ejemplo, en situaciones de estrés. El control de la respiración que conlleva el yoga contrarresta la tensión del estrés: las soluciones llegan más rápido en estado de tranquilidad. La meditación y el mindfulness no solo impulsan la concentración: ayudan a ser más creativos.
Estos retiros que ahora proliferan en todas las comunidades, sobre todo en espacios rurales o en enclaves muy exclusivos de la costa y las islas, tienen un precio más o menos elevado, que depende sobre todo de las instalaciones, la duración y la sofisticación de las actividades que se desarrollan. Podemos sin embargo aplicar un plus de inteligencia a las vacaciones si dedicamos parte del día a realizar una actividad tan sencilla como pasear, versión senderismo o caminata, para observar los beneficios que produce tanto en el cuerpo como en los procesos mentales. No es sencillo acostumbrarse a madrugar un poco más para salir caminar vigorosamente cada mañana, pero las vacaciones nos permiten ensayar la posibilidad. Y, esta sí, es gratis total.
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