18, Octubre, 2020

Kirsten Gillibrand es una de las voces más activas del Me Too. / Getty.
Kirsten Gillibrand: la senadora demócrata precursora del Me Too
Defiende los derechos de las mujeres y es una de las voces más críticas contra Donald Trump, aunque algunos le reprochan que haya defendido al candidato demócrata, Joe Biden, de las acusaciones de acoso sexual.
Kirsten Gillibrand es considerada una de las voces más firmes del movimiento Me Too. La senadora demócrata lleva denunciando desde hace años las violaciones en el ejército y las agresiones sexuales contra las mujeres en las universidades de Estados Unidos. Por eso, a muchos les ha sorprendido la seguridad con la que la senadora defendió la semana pasada a Joe Biden de las acusaciones de acoso sexual que pesan sobre él. "El vicepresidente Biden ha negado vehementemente estas acusaciones y le apoyo", dijo Gillibrand a los periodistas.
Hace unos meses, una antigua ayudante acusó al candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos de haberla acosado en 1993, cuando Biden era senador por Maryland. El candidato demócrata ya ha negado las acusaciones en los medios y, además de Gillibrand, varios pesos pesados de su partido le han mostrado su apoyo, entre ellos, Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes.
Denunciando el acoso sexual
A pesar de las críticas que ha levantado la postura de Gillibrand, no se puede negar su compromiso con el feminismo y la igualdad entre hombres y mujeres. La senadora por el estado de Nueva York, de 53 años, ya había levantado las alfombras del acoso contra las mujeres en los despachos antes de que el Me Too irrumpiera en escena. Incluso dentro de su propio partido. En diciembre de 2017, Gillibrand fue la primera senadora demócrata que pidió la dimisión de su compañero de partido Al Franken, acusado de acoso sexual por ocho mujeres. "Aunque el senador Franken tiene derecho a que el Comité de Ética concluya su investigación, creo que sería mejor para nuestro país si él enviara un claro mensaje de que cualquier tipo de conducta inapropiada hacia las mujeres en nuestra sociedad es inaceptable con el abandono de su puesto", escribió Gillibrand en Facebook.
"Creo que la sanidad debería ser un derecho, no un privilegio", ha dicho Kirsten Gillibrand.
Tras su denuncia en las redes, otros veinte senadores, la mayoría mujeres, se unieron para pedir la dimisión de Franken, que llegó unos días después. En esa misma época, Gillibrand llegó a decir que Bill Clinton debería haber dimitido tras su affair con Monica Lewinsky, algo que le ha valido las críticas de algunos compañeros demócratas. Sobre todo porque ha tenido una relación estrecha con los Clinton y ha tenido diversos cargos políticos bajo el ala de Hillary Clinton. Gillibrand es senadora desde enero de 2009, cuando ocupó el escaño que dejó libre Hillary Clinton tras convertirse en Secretaria de Estado.
Posiciones sociales
Abogada de profesión, Gillibrand es una firme defensora de un sistema de salud más inclusivo en Estados Unidos. "Creo que la sanidad debería ser un derecho, no un privilegio", ha dicho. También es una de las voces más críticas contra la política migratoria de Donald Trump. De hecho, Gillibrand estuvo a la cabeza de la Marcha de las Mujeres en Washington en enero de 2017, en la que miles de personas clamaron en defensa de los derechos de las mujeres y contra la administración Trump.
Como es de suponer, Gillibrand y Donald Trump no se profesan ninguna simpatía. En 2017, el actual presidente de Estados Unidos atacó a la senadora demócrata con un tweet cargado de connotaciones sexuales. Después de llamarla "torpe total", Trump aseguró que Gillibrand había ido a su oficina "no hace mucho tiempo, rogando por contribuciones para la campaña (y que haría cualquier cosa por ellas)".
La respuesta de Gillibrand a través de la misma red social no se hizo esperar: "No puedes silenciarme ni a mí ni a las millones de mujeres que han salido para hablar sobre la ineptitud y la vergüenza que has traído al Despacho Oval".