21, Octubre, 2020

Foto: Smith Collection/Getty
Katherine Johnson, la matemática clave para la llegada del Apolo 11 a la Luna, recibe medio siglo después el mismo galardón que lograron sus compañeros por esta hazaña
Hace 51 años los integrantes del equipo de la NASA que hizo posible que el Apolo 11 llegara a la Luna fueron galardonados por esta hazaña. Todos menos Katherine Johnson, la excepcional matemática de color que se hizo conocida gracias a la película 'Figuras ocultas' y cuyos cálculos de trayectorias de vuelo "a mano" fueron imprescindibles para el éxito de la misión.
La física, matemática y científica espacial pionera en la NASA Katherine Johnson fallecía el pasado 24 de febrero de 2020, a los 101 años sin lograr el mismo reconocimiento que obtuvieron sus compañeros varones por lograr que el Apolo 11 llegara a la Luna. Conocida por su precisión en la navegación astronómica, calculó la trayectoria para el Proyecto Mercury y para dirigir correctamente el vuelo del Apolo 11 en su compleja misión, en 1969. Sin embargo, se le excluyó de todo tipo de homenajes y galardones. Johnson ha tenido que esperar 51 años para conseguir, a título póstumo, la medalla Hubbard, el máximo premio de la National Geographic Society, que obtuvieron entonces sus colegas.
"El legado de exploración, innovación e inspiración de Katherine perdura y nos asombran sus logros notables", declara la consejera delegada de la National Geographic Society.
El pasado 8 de octubre, se otorgaba a Johnson esta medalla "por sus extraordinarias aportaciones en los campos de la ciencia y la exploración", como ha declarado Jill Tiefenthaler, consejera delegada de la National Geographic Society. Como narra la película nominada al Óscar Figuras ocultas, Johnson formaba parte de un grupo de mujeres negras que trabajaron como "computadoras humanas-" en la NASA (entonces llamada Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica) calculando a mano las trayectorias de vuelo espacial.
"El legado de exploración, innovación e inspiración de Katherine perdura y nos asombran sus logros notables", dice Jill Tiefenthaler. Y es que esta matemática, que se convirtió en la primera mujer afroamericana a la que admitieron en la escuela de posgrado de la Universidad de Virginia Occidental, sirve como ejemplo a seguir para las jóvenes racializadas de hoy día, además de la utilidad de sus imprescindibles investigaciones para el mundo de la ciencia.
Por todo lo anterior, no es de extrañar que las dos hijas aún con vida de Johnson hayan seguido los pasos de su madre y se hayan convertido en matemáticas. Joylette empezó a trabajar para la NASA tras graduarse por la Universidad Hampton en 1962 y su hija Katherine tuvo una carrera de 33 años como profesora de matemáticas y asesora. Ambas están jubiladas ahora. Su tercera hija, Constance Goble, falleció en 2010.