27, Julio, 2022

Giorgia Meloni durante un discurso de 'Italia Energia da Liberare', en abril de 2022 en Milán.Foto: Getty.
Giorgia Meloni, la mujer que puede terminar de romper la barrera antifascista de Europa en Italia
Según las encuestas, Giorgia Meloni es la candidata mejor situada para convertirse en la próxima primera ministra de Italia. Líder del partido ultraderechista Fratelli D'Italia y ex ministra de Berlusconi, su victoria puede hacer temblar los cimientos de la Unión Europea en un momento crítico y determinante para el futuro de los 27.
Elena de los Ríos
Poca broma y menos eufemismo: el nombre que aparece inmediatamente asociado con Giorgia Meloni, la líder del partido de ultraderecha Fratelli D'Italia (Hermanos de Italia), es Benito Mussolini. Tras la estela de su rubia melena quedan los dos partidos que más han preocupado a Europa en los últimos años: la Liga, de Mateo Salvini, y Forza Italia, feudo de Silvio Berlusconi. Estos hombres temibles no le llegan ahora a Meloni ni a la suela del tacón: mientras sus proyectos nacidos de la descomposición democrática se hunden, Fratelli D'Italia ha pasado de representar a un exiguo 4% en las elecciones de 2018, a lograr un 23% de intención de voto en las prospectivas que se realizan hoy. Ahora mismo, Meloni tiene muchas papeletas de convertirse en la próxima primera ministra italiana.
Con Fratelli D'Italia, Giorgia Meloni (45 años) propone algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul, como una novia. Se trata de un partido con epicentro en Roma, que nace de los rescoldos del Movimiento Social Italiano (MSI), formado por veteranos de la Italia fascista: hablamos de la derecha más dura, católica y centralista. La novedad de su propuesta la toma prestada de Francia: al postfascismo que emerge en Europa le va mucho mejor con mujeres al frente: el británico Nigel Farage quisiera la institucionalización que ya ha logrado en Francia Marine Le Pen. El detalle azul no puede ser más significativo: el emblema de Fratelli d'Italia lleva la franja azul y el logo de la llama que en Italia remite, inequívocamente, al fascismo.
La fórmula Meloni seduce muchísimo en VOX, donde aún no se pueden creer cómo esta mujer ha llegado tan rápido tan lejos. Comparten mucho, sobre todo esa raíz en el viejo autoritarismo de retórica marcial y patriótica, pero los cuadros de la ultraderecha española son pura élite, mientras que Giorgia Meloni proviene de la clase trabajadora y, además, defiende en lo económico un proteccionismo que no tiene nada que ver con la desregulación y la bajada masiva de impuestos. Camarera durante años en una conocida discoteca en Roma, la candidata de Hermanos de Italia posee la credibilidad de la calle. Su electorado se identifica con ella, sobre todo después de ver cómo se negaba a entrar en los desacreditados gobiernos de Salvini en 2018 y de Draghi en 2021. La novia se ha mantenido, por así decirlo, ‘pura’.
Hija de un asesor fiscal que abandonó el hogar cuando ella tenía solo 12 años, Giorgia Meloni llegó a las juventudes del MSI fascista a los 15 años. El trauma del abandono y sus años de camarera abundan en sus entrevistas confesionales, donde trata de matizar su agresividad con dolientes expresiones de emotividad. "Un padre que no está, que desaparece, es un padre que no te quiere. Que te rechaza. Es una herida más profunda que un padre que muere", ha confesado. "Estoy llena de miedos. Por eso me impongo vencerlos", sostiene sin pestañear.
Meloni comenzó en política desde lo más bajo hasta un escaño de diputada a los 29 años, después de haber ejercido durante una temporada como periodista. En 2008 se convirtió en la ministra más joven de la historia en el gobierno Berlusconi, en la cartera de Juventud. Silvio, paradójicamente apodado Il Cavaliere, la llamaba despectivamente ‘la peonza’ cuando la convirtieron en líder de una facción de rebeldes que rechazaron en 2011 sus pactos con el tecnócrata Mario Monti.
Ahora que acaricia los sillones de cuero del Palazzo Chigi, sede de la presidencia italiana, Giorgia Meloni insiste en que su propuesta es de centro derecha: nacional conservadurismo sin radicalismos. Sin embargo, pierde frecuentemente el control y se muestra con una agresividad que, según ella misma, "le cuesta controlar cuando está cansada". Sabe que no le conviene descargar con toda la dureza que se le adivina: necesita toda la mesura disponible para seducir al electorado de la derecha. Por eso se arrepintió del llamativo espectáculo que dio en un mitin compartido con VOX el pasado junio en Marbella, donde gritó soflamas contra la inmigración, "los lobbies LGBT", "la ideología de género", "la violencia islamista", "las grandes finanzas internacionales" y "los burócratas de Bruselas". Laura Méndez, politóloga e investigadora especializada en la extrema derecha, señala que su referencia permanente a una "Europa de los patriotas" no es sino "la vieja aspiración de una Europa fascista". Para el caso, Meloni declara su admiración por Ronald Reagan, Donald Trump y el húngaro Viktor Orbán. En su última entrevista en el diario La Stampa, insiste: "Conmigo no hay nada que temer".
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