Arte

Dora Maar, un genio de la fotografía más allá de Picasso

Los museos europeos reinvindican la vida y obra de la fotógrafa Dora Maar, que siempre ha sido colocada a la sombra de Picasso y conocida como "su musa".

Dora Maar ha pasado a la historia como musa y amante de Pablo Picasso, pero varias exposiciones han empezado a reivindicar su lugar por derecho propio en la historia del arte. El verano pasado, el Centre Pompidou de París programó la mayor retrospectiva de la artista jamás organizada en suelo francés. Fue una muestra monumental: más de 500 piezas, entre obras y documentos, inundaron las salas del museo parisino. Ahora, hasta el 15 de marzo, la Tate Modern de Londres exhibe también una muestra de Dora Maar, y no menos potente: con más de 200 piezas, es la más extensa de la fotógrafa y pintora jamás ofrecida en el Reino Unido. Dos grandes exposiciones en dos de los centros de arte contemporáneo más importantes del mundo dan buena cuenta del interés creciente por una artista que, durante mucho tiempo, ha permanecido a la sombra del genio de Picasso.

A ello hay que unir el libro Dora Maar, la apasionante biografía que publicó en 2013 la historiadora Victoria Combalía, que tuvo el privilegio de mantener cuatro conversaciones con la artista en los años 90, y que ha ayudado mucho a “resucitar” la figura de Maar.

Nacida en Tours, en el centro de Francia, en 1907 con el nombre de Henriette Theodora Markovitch, la artista se crió entre Francia y Argentina, debido a los frecuentes viajes de su padre, el arquitecto croata Joseph Markovitch. La joven, bien educada y con una mentalidad cosmopolita, hablaba español y francés. Estudió artes aplicadas y fotografía y en 1931 abrió su propio estudio junto al director de arte Pierre Kéfer. Se especializó en fotografía de moda y publicitaria, y también en retratos y desnudos. La experimentación con el uso de luces dramáticas y su maestría en el fotomontaje y el collage le abrió un hueco dentro del grupo artístico del surrealismo . De hecho, ella fue uno de los pocos fotógrafos que mostraron sus trabajos en las exposiciones celebradas por esta vanguardia durante la década de 1930.

Fotógrafa de calle

Pero Maar fue, también, una magnífica fotógrafa social que documentó las miserias de la Gran Depresión de los años 30. Relacionada con grupos políticos de izquierda –algo poco usual, ya que en la época muy pocas mujeres se significaban políticamente–, con su cámara al hombro se lanzó a las calles de Londres, París o la Costa Brava para retratar a los desheredados del crack de 1929.

En el invierno que va de 1935 a 1936 conoce a Picasso . Su relación duró ocho años y tuvo una profunda influencia en la vida y la obra de ambos. Uno de los trabajos más conocidos de Maar fue, precisamente, documentar el proceso creativo del Guernica, durante 1937. La fotógrafa realizó una serie de instantáneas del avance del cuadro que, hoy, está considerado uno de sus trabajos más importantes. Mientras, Picasso realizó diversos retratos de ella que han pasado a la posteridad.

Cuando en 1943 Picasso conoce a Françoise Gilot y abandona a Maar, ella sufre un duro golpe que hasta le llevará a pisar la clínica psiquiátrica y ser tratada con electroshocks. A partir de ese momento, nada volvió a ser como antes para ella. Dejó la fotografía, abrazó con intensidad el catolicismo y se centró en la pintura. Poco a poco fue retirándose de los círculos artísticos. De la segunda mitad de su vida poco se sabe. Durante las décadas de 1940 y 1950 siguió creando, pero cada vez estaba más recluida en su casa, lejos de todo. En la década de 1980 volvió a la fotografía, pero se centró en la experimentación dentro de la sala oscura y en la fotografía abstracta. “La calle ha cambiado mucho, ¿no cree? Es más extravagante, pero al mismo tiempo ya no es interesante, es banal”, dijo en 1994. Murió en 1997.

Ahora, por fin, parece que se empieza a colocar a Dora Maar en el lugar que le pertenece: fue una pionera de la fotografía de moda y documental más allá de las etiquetas que la unieron a otros.

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