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El dilema de la cuenta bancaria conjunta: lo que unió el amor, que no lo separen los números rojos

Crédito: Getty.

El dilema de la cuenta bancaria conjunta: lo que unió el amor, que no lo separen los números rojos

Aunque una cuenta bancaria en común tiene algunas ventajas (algunos estudios señalan que evita gastos innecesarios y hasta separaciones) las parejas más jóvenes apuestan por la independencia financiera total. Analizamos los pros y los contras del eterno dilema de las parejas.

Carmen Raya

La cuestión de la cuenta conjunta no termina de resolverse, probablemente porque no existe una receta única cuando se trata del ahorro y de la gestión de las finanzas personales. Los estudios que se llevan a cabo en toda Europa ofrecen distintas perspectivas sobre la cuestión. Recientemente, la Universidad de Estocolmo llevó a cabo una investigación que demostró que la cuenta bancaria conjunta contribuía a la estabilidad, la comunicación y el espíritu de equipo en la pareja, algo que comprobaron, sobre todo, en las relaciones más largas.

Otros estudios confirman que, además, disminuye la probabilidad de separación y la tentación de realizar gastos innecesarios o por capricho. En las parejas jóvenes, sin embargo, la tendencia es la contraria: cada uno tiene su cuenta, su plan de pensiones y sus ahorros.

Para conocer la situación en España, podemos seguir la pista de una encuesta realizada por Finect en 2020 sobre la gestión de la cuestión financiera en pareja. Este estudio desveló que el 58% de los encuestados prefiere no hablar sobre dinero con la pareja hasta superar el año de relación, mientras que un 35,3% planteó la cuestión económica en los primeros meses (solo un 6,7% confiesa que no lo ha hecho jamás).

Los expertos consultados por esta plataforma de comparación de productos financieros recomiendan a los cónyuges mantener dos cuentas corrientes: la personal y una en común destinada a gastos corrientes. Es la opción que elige el 44,5% de las parejas consultadas por Finect, mientras que el 28,5% sí opta por una sola cuenta conjunta y un 27%, por la separación total de ingresos y gastos.

Los expertos recomiendan dos cuentas corrientes: la personal y una conjunta para gastos

Si la ventaja de la cuenta conjunta es la confianza mutua, la desventaja es que puede convertirse en un campo de batalla en caso de separación. De hecho, el banco se negará a cerrarla si no se han abonado sus posibles cargos pendientes y sin la firma de ambos cónyuges. Si la cuenta tiene números negros y sospechas que tu ex puede sacar el dinero sin permiso, sí puedes pedirle al banco que congele los movimientos hasta que se llegue a un acuerdo sobre cómo dividir esa suma. Pero si no logras acordar quién se lleva qué, tendrás que llevar a juicio la cuestión, alargando innecesariamente perder de vista a la otra parte.

El riesgo de terminar en una mala experiencia es tan alto, que separar cuentas parece la mejor opción. Incluso esa cuenta compartida para gastos puede convertirse en una manera de alargar una vinculación con la ex pareja, contra su voluntad.

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