Por qué Lady Di no tiene una sucesora posible ni en Kate Middleton ni en Meghan Markle (ni falta que hace)

La cuarta temporada de 'The Crown', que ha arrasado en Netflix, narra cómo Diana de Gales, una de las incorporaciones más esperadas de la producción, pasó de ser una joven tímida a un fenómeno mediático que revolucionó la institución monárquica británica.

Sin embargo, será en la próxima temporada, que, al parecer, no llegará a las pantallas hasta 2022, cuando veamos a Lady Di en todo su esplendor, convertida ya en la mujer más famosa del mundo. Fue en los últimos años de su vida, cuando su matrimonio con el Príncipe Carlos ya estaba roto, cuando la princesa se convirtió en un mito sin precedentes que ha influido en la cultura popular, no solo británica, sino mundial.

Un mito, todo hay que decirlo, con la sombra muy alargada. Desde que Kate Middleton y Meghan Markle aparecieron en la vida de la familia real británica tras casarse con los príncipes William y Harry, los medios de comunicación no han hecho más que compararlas con la que hubiese sido su suegra. Pero, ¿hay comparación posible entre Middleton, Markle y lo que supuso el 'fenómeno Lady Di'? A pesar de que ambas tienen muy presente el ejemplo de la Princesa de Gales y le rinden homenaje con su forma de vestir o su implicación en causas solidarias, ninguna está llamada a ocupar su lugar. Y es probable que ni siquiera lo deseen: Lady Di se convirtió en un icono global de la moda o la solidaridad, pero también fue perseguida sin descanso por los medios. Incluso, en su trágico final.

Kate Middleton: nunca fuera de su papel

Catalina de Cambridge pertenece a una familia acaudalada, aunque no de origen aristocrático, y nunca ejerció su profesión, sino que durante un tiempo, antes de casarse, trabajó en pequeños empleos. En esto se asemeja a Diana de Gales.

La Duquesa de Cambridge ha hecho numerosos guiños de vestuario a su difunta suegra. Para empezar, el anillo con el que se comprometió con el príncipe William llevaba incrustado un zafiro que había pertenecido a Lady Di. Incluso, Middleton ha llegado a vestirse prácticamente igual que ella. ¿Por ejemplo? Cuando presentó a su tercer hijo, recién nacido, a la prensa. Fue el 23 de abril de 2018. El vestido rojo con cuello blanco que llevaba la duquesa de Cambridge recordó al que vestía Diana de Gales cuando también presentó al príncipe Harry recién nacido. Además, Middleton suele lucir en grandes ocasiones joyas que pertenecieron a Lady Di, incluida la tiara Lover’s Knot, la preferida de la Princesa de Gales.

Sin embargo, el parecido de Middleton con Diana de Gales llega hasta ahí. Es algo cosmético. La Duquesa de Cambridge no se sale nunca de su papel institucional y es poco probable que vaya a ofrecer escándalos a la prensa británica. Al fin y al cabo, es la esposa del que será el futuro rey de Inglaterra.

Meghan Markle: una vida totalmente distinta

Lady Di consiguió hacerse con el cariño del pueblo gracias a su cercanía y a gestos totalmente naturales para la mayoría de los mortales, pero nunca visto en alguien que pertenecía a la familia real británica. ¿Por ejemplo? Quitarse los guantes para dar la mano a sus seguidores o a las personas que visitaba, reírse en público o dejar de llevar sombrero para poder abrazar mejor a los niños.

En ese sentido, Meghan Markle se parece a ella. En septiembre de 2018, la Duquesa de Sussex acudía a la inauguración de una exposición en la Royal Academy de Londres y, al bajar del coche, decidió cerrar la puerta… ¡ella misma! Este gesto, insignificante para la mayoría pero lleno de simbolismo, hizo correr ríos de tinta entre los periodistas encargados de cubrir las noticias de la familia real. Y lo ha repetido muchas más veces.

De la misma manera, Markel empezó a llevar bolsos cruzados para tener las manos libres al saludar (las mujeres de la familia real británica siempre han llevado el bolso en la mano) o firmar autógrafos, algo que está prohibido a la familia real británica.

Sin embargo, los Duques de Sussex llevan una vida lejos de la monarquía. Este año decidieron dejar de formar parte de la familia real y se mudaron a Estados Unidos. Además, han emprendido una batalla contra los medios sensacionalistas británicos por las mentiras que suelen publicar sobre la pareja. No quieren, de ninguna manera, ser el blanco de los tabloides en cada momento de su vida, como le ocurrió a Lady Di.