4, Julio, 2022

Cassidy Hutchison durante su testimonio en la Cámara de Representantes. Foto: Getty.
El poder de los becarios: o cómo Cassidy Hutchison podría haber terminado definitivamente con Donald Trump
El testimonio de la joven ex trabajadora de la Casa Blanca, Cassidy Hutchison, sobre la actuación de Donald Trump durante el asalto al Capitolio podría frustrar los planes políticos del ex presidente. Algunos analistas ven en ella a la nueva John Dean.
Ixone Díaz
Cassidy Hutchison es la última de una larga lista de ciudadanos estadounidenses que, un buen día, decidieron poner la democracia de su país por delante de sus intereses personales. O lo que es lo mismo, una whistleblower de manual. El precio que de momento ha tenido que pagar son los insultos de Donald Trump, que ha dicho de ella que es una "farsante total", una "chivata" y que "apenas la conoce" pese a que su oficina estaba a solo dos estancias del Despacho Oval. Aunque eso, en la surrealista realidad de la política norteamericana, es lo más parecido a un sello de honestidad.
La airada reacción del ex presidente de Estados Unidos contra Hutchison, de 26 años, tiene una única explicación posible: la declaración de la ex asistente del jefe de gabinete del presidente Mark Meadows ante el comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 ha puesto en serio peligro el sueño de Trump de ser reelegido en 2024. No es para menos. Su testimonio es, hasta la fecha, el más explícito e incriminatorio escuchado en la cámara. Una auténtica bomba de relojería.
Hutchison, que tenía 22 años cuando empezó a trabajar en la Casa Blanca, no escatimó en detalles gráficos durante las dos horas que duró su testimonio, televisado en directo por los principales canales estadounidenses. La ex becaria describió a un Trump desquiciado, capaz de estrellar un plato de comida contra la pared del Despacho Oval llenándola de ketchup en los días posteriores a las elecciones de 2021.
Exabruptos aparte, Hutchison ha explicado que Trump fue consciente en todo momento de que los asaltantes portaban todo tipo de armas y, de hecho, llegó a pedir que quitaran los arcos de seguridad para dejarles entrar al Capitolio. Según su testimonio, el presidente llegó a decir: "Me importa una mierda que vayan armados, no están aquí para hacerme daño a mí".
Según Hutchison Donald Trump sabía que los asaltantes iban armados y trató de unirse a ellos
Según la ex becaria, además de celebrar los cánticos con los que los asaltantes amenazaban de muerte al vicepresidente Mike Pence, un Trump encolerizado trató de que el servicio secreto lo llevara al Capitolio para sumarse a sus seguidores al grito de: "Soy el presidente de Estados Unidos, ¡llévenme allí!". El episodio, en el que el presidente trató de tomar el control del volante del vehículo en el que viajaba, se saldó cuando el servicio secreto neutralizó los intentos de Trump y le llevó de vuelta a la residencia presidencial.
Los detalles de su relato ponen en serios aprietos a Trump porque demuestran que no solo arengó a los asaltantes sino que trató de unirse a ellos y era plenamente consciente de la violencia que estaban ejerciendo. Por eso, muchos ya la comparan con John Dean, pieza fundamental en la caída de Richard Nixon durante el caso Watergate. Otros, desde el bando republicano, se han unido a los ataques de Trump contra ella.
La comparan con John Dean, pieza clave en la caída de Richard Nixon durante el caso Watergate
Hutchison, que estudió ciencias políticas y aspiraba a hacer carrera en Washington, ya había trabajado para republicanos prominentes como Steve Scalise o Ted Cruz antes de llegar a la Casa Blanca. Poco después de aterrizar en el Ala Oeste, se convirtió en la sombra de Meadows y en una joven estrella en ascenso dentro de la administración republicana. Pero cuando Trump se negó a asumir su derrota electoral, su integridad pudo más que su ambición.
Después de cambiar de abogados (los que la representaron al inicio del proceso tenían vínculos estrechos con el presidente), Hutchison decidió cooperar con el comité por considerar que la actitud de Trump había sido "anti-estadounidense". Liz Cheney, enemiga número uno del ex presidente dentro del partido republicano, la ha defendido con vehemencia: "Estoy absolutamente convencida de la credibilidad de su testimonio. Este comité no se va a quedar parado viendo cómo la difaman fuentes anónimas y hombres que reclaman el privilegio ejecutivo (...) Ha enseñado a las niñas norteamericanas lo que realmente significa amar a tu país".
Te puede interesar
- Quién es Liz Cheney, la primera enemiga declarada de Donald Trump en su propio partido
- 'Sociópata', 'narcisista' y 'ególatra'; así es Donald Trump según su sobrina, Mary Trump
- Las frases más machistas de Donald Trump (antes y después de convertirse en presidente)
- El retorno de Ivanka Trump: ¿qué hay detrás de su última campaña de imagen?