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By WomenNow

18, Noviembre, 2021

Alexandria Ocasio-Cortez en la diana: el acoso violento contra ella llega al Capitolio

Crédito: Getty.

Alexandria Ocasio-Cortez en la diana: el acoso violento contra ella llega al Capitolio

La joven estrella del partido demócrata Alexandria Ocasio-Cortez vuelve a convertirse en objetivo de los ultraconservadores. El acoso violento contra ella ha llegado ahora hasta el Congreso de Estados Unidos y confirma que los ataques contra las líderes políticas son una tendencia global.

Ixone Díaz

El acoso y los ataques on-line contra las líderes políticas de todo el mundo se han convertido en algo cada vez más habitual: desde la primera ministra de Finlandia Sanna Marin hasta la líder ecologista alemana Annalena Baerbock los han sufrido. Pero también Kamala Harris,  cuyos bajísimos índices de aprobación en las encuestas, que la señalan como la vicepresidenta peor valorada de la historia de Estados Unidos, denotan un doble rasero (misógino y a veces también racista) que afecta particulamente a las mujeres que ejercen el liderazgo al más alto nivel. La última en padecer este tipo de ataques ha sido la joven estrella demócrata Alexandria Ocasio-Cortez. Aunque no es la primera vez que sucede, quizá sí sea la más grave. Hace unos días, el congresista de ultraderecha Paul Gosar, estrechamente vinculado a movimientos supremacistas blancos y muy leal a Donald Trump, compartía un vídeo en Twitter en el que su avatar asesinaba de manera violenta al de la política demócrata. 

En el vídeo, de apenas 90 segundos y estilo anime, Gosar aparece cortando la cabeza de AOC (el acrónimo con el que se conoce a Ocasio-Cortez en Estados Unidos) con una espada mientras lanza amenazas contra Joe Biden. El vídeo ha sido censurado por la Casa Blanca, pero también por destacados líderes demócratas como Nancy Pelosi. Gosar, en cambio, se ha negado a rectificar argumentando que se trata de un "retrato simbólico sobre la lucha contra la política de inmigración (…) No propugno la violencia o el daño hacia ningún miembro del Congreso o el señor Biden".

"¿Por qué es tan difícil decir que esto está mal? Esto no va de mí. No va del congresista Gosar. Esto va de lo que estamos dispuestos a aceptar", argumentaba ayer mismo Ocasio-Cortez en un apasionado discurso pronunciado desde su escaño del Capitolio, que ha sido celebrado en las redes sociales y que terminó con la reprobación de Gosar a iniciativa del partido demócrata. 

En realidad, no es nada nuevo. Desde que llegó al Congreso en 2019, AOC ha estado permanentemente en la diana de los políticos conservadores. Desde Donald Trump y su hijo, Don Jr., hasta Marjorie Taylor Greene, que una ocasión le persiguió por los pasillos del congreso insultándola. 

Pero los medios conservadores también han participado de ese acoso. Según un estudio, entre febrero y abril de 2019, la cadena conservadora Fox News la mencionó en 3.181 ocasiones, más de 70 veces al día. Por eso, cuando el 6 de enero de 2021, simpatizantes de Trump asaltaron el Congreso de Estados Unidos, Ocasio-Cortez temió literalmente por su vida, como confesó después a la cadena CNN. Desde entonces, el clima de violencia verbal contra ella nunca ha cesado. Mientras uno de los miembros de su staff ha explicado que la oficina de la congresista registra las amenazas más serias que recibe de manera habitual, un rancho de tiro de California vende su foto como diana por 1,5 dólares. 

¿Pero cuál es exactamente el problema de los conservadores con  AOC? ¿Demasiado progresista, demasiado joven, demasiado mujer, demasiado latina, demasiado proletaria? En realidad, es un compendio de todo eso. A sus 32 años, Ocasio-Cortez, que procede de una familia de origen puertoriqueño pero se crió en el Bronx de Nueva York, es la congresista más joven de la historia de Estados Unidos. Excelente comunicadora, su manejo de las redes sociales le ha permitido convertirse en una política extremadamente popular entre los más jóvenes, pero también liderar exitosas campaña de recaudación de fondos o convertirse en trending topic cuando, en la última gala del MET, decidió utilizar su look para defender una fiscalidad más exigente con los más ricos.

Mientras los líderes republicanos se han negado a denunciar el comportamiento de Gosar, el Congreso de Estados Unidos reprobaba a la congresista en una resolución que llegaba a una conclusión demoledora: "La violencia contra las mujeres en la política es un fenómeno global destinado a silenciar a las mujeres y a disuadirlas de buscar puestos de autoridad y de participar en la vida pública, y las mujeres de color se ven afectadas de forma desproporcionada".

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