22, Diciembre, 2021

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Dos preguntas que debes hacerte si eres ahorradora y no quieres que tu dinero pierda valor por la inflación
Con la inflación en su cota más alta desde 1992, los ahorradores están viendo cómo sus esfuerzos financieros merman cada día que pasa. Para evitarlo, solo queda asumir algunos riesgos. Pero antes, conviene cuestionarse cuánto estás dispuesta a arriesgar.
Elena de los Ríos
Es el mensaje más insistente en todos los canales que tienen que ver con el dinero. Todos hablan de la inflación, y no solo por el considerable alza de precios que estamos sufriendo. Los expertos apuntan a que este aumento va a provocar cambios en nuestra rutina de consumo generalizando, por ejemplo, el uso de los comparadores de precio. También recomiendan posponer las grandes compras o aquellas que no sean imprescindibles, cosa bastante complicada en esta época del año. Sin embargo, los mensajes más preocupantes tiene que ver con el ahorro. Nos alertan por todas partes: si la inflación continúa en estos niveles, la pérdida de poder adquisitivo de nuestro dinero ahorrado será considerable.
La situación no está como para utilizar la estrategia del avestruz y meter la cabeza en un agujero: si no tomamos medidas ya mismo, los muchos o pocos ahorros que tengamos en el banco, en cuentas de ahorro, depósitos o debajo el colchón, corren serio peligro de merma. Con la inflación en su cota más alta desde 1992 (después de alcanzar el 5,4%), los 100 euros de hace un año hoy equivalen a 94,6. Los 20.000 apartados en el banco, a 18.920.
¿Qué podemos hacer para que la inflación no se coma nuestro dinero? No queda otra opción más que asumir riesgos. Si tu fuerte no son las finanzas, lo mejor es contactar con un asesor. Aquí el conocimiento experto es vital. Pero antes de hablar con él, conviene que te hagas dos preguntas.
Aprovechar los bajos tipos de interés para invertir en el mercado inmobiliario puede ser una buena opción
Has acertado: las dos preguntas que tienes que hacerte antes de tomar cartas en este asunto tienen que ver con la gestión del riesgo. Lo primero que tienes que preguntarte a ti misma es: ¿Cuál es tu relación con el sistema financiero? Si conoces los productos que venden los bancos o estás dispuesta a familiarizarte con su mecánica, estás preparada para hablar largo y tendido con tu asesor de cabecera sobre tus opciones.
Si prefieres mover tu dinero en un ámbito menos volátil, tu opción es la inversión en el mercado inmobiliario. En ese caso, la segunda pregunta sería: ¿Has pensado en aprovechar los bajos tipos de los créditos hipotecarios para invertir en un inmueble? ¿Tendrías tiempo y energía para gestionar las responsabilidades de convertirte en casera?
Si decides internarte en el sistema financiero, podrás comprobar tú misma que los productos refugio para las ahorradoras más conservadoras (con más aversión al riesgo) no están compensando el efecto de la inflación: hablamos de los bonos de deuda, los depósitos y muchos planes de pensiones.
Habitualmente los expertos nos empujan hacia el riesgo, pero podemos minimizarlo contratando productos que no prometan grandes rentabilidades: fondos que combinen renta variable y fija en la proporción que más se ajuste a nuestras expectativas. Dos pistas más de los expertos que contribuyen a darle estabilidad a ese riesgo que siempre corremos al entrar en bolsa: apostar por activos reales (acciones) y por el oro.
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