Turismo rural

De Burgos a Granada pasando por Soria: los seis nuevos "pueblos más bonitos de España" para visitar en 2023

La asociación 'Los pueblos más bonitos de España' tendrá en 2023 seis nuevos destinos que merece la pena visitar por el valor de su patrimonio artístico y la belleza de su ubicación natural. Para conocerlos, puedes poner rumbo al montañoso Valle de Arán, la Alpujarra granadina o a la fronteriza Castilla.

The Cathedral of Burgo de Osma is a Gothic building in El Burgo de Osma, central Spain, built on an area previously occupied by a Romanesque church. It is one of the best preserved medieval buildings in the country and considered one of the best examples of thirteenth-century gothic architecture in Spain.

La historia y la naturaleza han modelado pueblos en España en los que apetece perderse en sus calles y rincones con encanto  o no podemos dejar de admirar por la belleza de su ubicación. Más de un centenar de ellos están agrupados en la Asociación de los Pueblos más bonitos de España, a la el próximo 1 de enero se unirán seis localidades más. Los nuevos integrantes se comprometen a mantener y mejorar cada día su belleza arquitectónica, su patrimonio cultural, sus tradiciones y su entorno natural para que tanto sus vecinos como sus visitantes puedan seguir disfrutando de ellos. ¿Quieres saber por qué merece la pena hacer una escapada rural a estos pueblos de Burgos, Granada, Lleida o Soria? Sigue leyendo...

1. Trevélez (Granada): el pueblo de La Alpujarra que sabe a jamón

La belleza de los pueblos de La Alpujarra granadina es bien conocida tanto por su ubicación montañosa como por sus casas encaladas de blanco. En el corazón del Parque Nacional de Sierra Nevada, Trevélez es famoso también por su producción de jamón. Además de degustar su producto estrella en platos como las truchas con jamón o la sopa de ajo (con jamón, por supuesto), sus calles, iglesias y casas de arquitectura popular permiten explorar su historia como asentamiento morisco. Además, las 14 rutas de senderismo que parten de Trevélez nos permiten disfrutar de la naturaleza del Mulhacén y, si lo visitamos en verano, del cauce de los ríos Chico y Trevélez.

2. Arties (Lleida): una joya románica en el Pirineo catalán

A apenas siete kilómetros de la estación de esquí de Baqueira Beret, en el leridano Valle de Arán, se esconde la iglesia románica de Santa María de Arties, cuyas pinturas murales han sido comparadas con las obras de El Bosco. La vista de su campanario, recortado sobre el pico Montardo, nos hace retroceder en el tiempo hasta la Edad Media. La sensación se acrecienta gracias a las ruinas del castillo de Arties, también llamado Entransaigües, y las casas de piedra con tejados de pizarra que forman el pueblo, de menos de 500 habitantes. Su rico patrimonio histórico y artístico incluye también la Iglesia de San Juan, de estilo gótico, la Casa de los Portolà, la Casa Paulet o la ermita de San Pelegrín. Pero sus atractivos no terminan aquí. Posee, además, un manantial de aguas sulfurosas con uso termal y, gracias a su carácter fronterizo, una interesante gastronomía de influencia francesa.

3. El Burgo de Osma (Soria): un tesoro amurallado guardado por un castillo

Los restos del castillo de Osma, construido en el siglo X sobre una ciudad celtíbera con sillares de la cercana ciudad romana de Uxama Argaela, vigilan desde lo alto de un cerro a los espíritus de los caballeros y la corte episcopal que se refugiaron dentro de las murallas de El Burgo de Osma desde el siglo XII. La catedral de Nuestra Señora de la Asunción, mezcla de estilos románico, gótico y renacentista, sigue siendo el centro de la villa, que esconde también joyas como el Palacio Episcopal y la Universidad de Santa Catalina, ejemplos de su importancia durante el Renacimiento.

4. Durro (Lleida): Patrimonio Mundial de la Humanidad

¿Cómo es posible que un pueblo de 80 habitantes esté incluido en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad? Durro es un paraíso de tranquilidad de calles empedradas que ya de por sí merece una visita. Pero es su iglesia románica de la Nativitat, por su monumentalidad, portada esculpida y talla de Nicodemo, la que forma parte del conjunto de iglesias y ermitas de la Vall de Boí protegidas por la Unesco. Aunque no es la única iglesia de Durro que merece una visita. Tras un paseo de 20 minutos a pie, en lo alto de la montaña, se erige la ermita de Sant Quirc, sencilla y discreta, posee una vistas espectaculares.

5. Castrojeriz (Burgos), parada imprescindible en el Camino de Santiago

Entre Burgos y Frómista, la historia y el arte sacro marcaron el destino de Castrojeriz, precioso pueblo de la comarca de Odra-Pisuerga recorrido por el Camino de Santiago. El Palacio de los Condes de Castro (de estilo gótico) y la Antigua Colegiata de Santa María del Manzano, que actualmente alberga un Museo de Arte Sacro (con pinturas flamencas, tallas, pergaminos y piezas de orfebrería) son algunos de los edificios más importantes de Castrojeriz. Merece también la pena visitar las ruinas del castillo y del Convento de San Antón.

6. Garòs (Lleida), el pueblo de las leyendas milenarias

Junto a Arties, en el Alto Arán, este pequeño pueblo de montaña situado a más de 1.100 metros de altitud y de apenas 100 habitantes es perfecto para esconderse de las prisas y las multitudes y degustar una tradicional olla aranesa. En Garòs es imprescindible visitar la iglesia de San Julián, cuya torre, de puntiaguda aguja, se cuenta que albergó el esqueleto (de tres metros de longitud) de un guerrero de leyenda que luchó contra los romanos. Junto a la iglesia se encuentra, además, un yacimiento y una necrópolis paleocristiana, testigos de los antiguos moradores de este pueblo de los caminos trashumantes.

21 de marzo-19 de abril

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