Caso Jeffrey Epstein: Lo que hemos aprendido con el documental de Netflix

Las series basadas en hechos reales triunfan en los últimos meses, con estrenos como ' Unorthodox', ' Mrs.America' o 'Madam C. J. Walker: Una mujer hecha a sí misma'. La serie documental de cuatro episodios dirigida por Lisa Bryant 'Jeffrey Epstein: Asquerosamente rico' presenta un minucioso recuento de las acusaciones contra Epstein y se pone de manifiesto la red de poder y dinero que protegió a este depredador sexual durante décadas y aún hoy día ampara a muchos de los presuntos cómplices señalados por las víctimas. Te contamos lo más importante que hemos aprendido con esta serie sobre el caso Jeffrey Epstein, una trama de la que aún queda mucho por resolver pero que no va a resultar nada fácil de cerrar.

La semana pasada, Roy Den Hollander , quien era un abogado antifeminista, racista y enfermo terminal mató al hijo de 20 años de Esther Salas (jueza feminista y de familia latina que investiga una pieza del caso Epstein) e hirió a su marido. Tras cometer el crimen, el atacante fue hallado muerto en su coche, supuestamente después de dispararse a sí mismo.

Las víctimas de Epstein cumplían un perfil

La psicóloga Kathryn Stamoulis, especializada en el tratamiento del trauma en supervivientes de violencia sexual, señala lo siguiente en el documental:

Y ese fue el perfil de las víctimas de Jeffrey. Un ejemplo es el caso de  Shawna Rivera , una de las supervivientes que sufrió abusos por parte de Epstein cuando tenía 14 años. Su infancia no fue fácil. Su madre era drogadicta y su padre entró en la cárcel cuando ella tenía entre 3 años y salió cuando tenía 10.

"Mi padre tenía una novia que tenía sus propios hijos, unos niños que claramente habían sido abusados antes. Poco después de mi 12 cumpleaños, mi padre y su novia le dieron una paliza al hijo de ella de 8 años y lo mataron delante de mí", relata en el documental.

Jeffrey seguía un patrón para sus agresiones

El testimonio de Rivera sobre lo que sucedió al llegar a la lujosa vivienda de Epstein es muy similar al de tantas otras jóvenes que aparecen por primera vez ante las cámaras y cuentan cómo el financiero les pagaba 200 dólares (173 euros aproximadamente) por lo que aparentemente era un inocente masaje de unos 45 minutos.  Los masajes derivaban en abusos y violaciones y esas agresiones y las promesas sobre un futuro mejor definían su modus operandi . Una buena universidad, protección, más dinero... todo eso era lo que estas chicas conseguirían si seguían encontrándose con él.

Otra estrategia de la que se valió para formar esta red de abusos y tráfico de menores  era hacer partícipes a sus víctimas para que estas le consiguieran nuevas chicas a cambio de una compensación económica. Es el caso de Haley Robson o Courtney Wild , quienes reconocen haber reclutado a decenas de jóvenes también en situaciones de vulnerabilidad cuando ellas mismas aún eran adolescentes.

Una red de pedofilia requiere cómplices

Varias de las jóvenes explican en esta serie que eran recibidas en la casa por Ghislaine Maxwell , expareja y exsocia de Epstein a la que prácticamente todas las denunciantes apuntan como co-conspiradora e incluso a veces como partícipe de los abusos. Ghislaine está actualmente en prisión y se calcula que permanecerá allí un año hasta que comience su juicio, el 12 de julio de 2021. La jueza Alison Nathan, del Distrito Sur de Nueva York, le ha negado la libertad bajo fianza por miedo a que Maxwell trate de huir del país.

Además, quien haya seguido el caso de Jeffrey Epstein probablemente conozca varias de las historias que aparecen en la serie documental, especialmente la de Virginia Giuffre. Esta denunció que fue agredida sexualmente por el príncipe Andrés de Inglaterra y habla de una fotografía que se hizo la noche de los hechos con él y Ghislaine, algo que el príncipe niega a pesar de ser una imagen sobradamente conocida.

Además de estos dos nombres, hay fotografías que demuestran que personajes como  Donald Trump o Bill Clinton pueden estar asociados a la red de pedofilia de Epstein en mayor o menor grado.