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Cómo tomar y distinguir un buen whisky

Según George Ballantine, fundador de Ballantine’s, no hay una forma incorrecta de hacer whisky, pero sí de saborearlo

Juanjo Villalba

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Mucho tiempo ha pasado desde que en 1827 George Ballantine abriera su tienda de comestibles en Edimburgo en la que comenzó a elaborar su propio whisky. Sin embargo, aunque la marca se esté aproximando nada menos que a su 200 aniversario, no implica que haya perdido ni un ápice de su pasión por la innovación y la calidad.

Ballantine's, la marca de whisky escocés número uno de Europa, lanzó hace solo unos meses Ballantine’s Light, un whisky concebido para ofrecer una opción disruptiva con la mitad de alcohol pero con todo el carácter. Ahora, la marca vuelve a revolucionar el mercado con Ballantine’s 10 American Barrel, un whisky que busca seducir a los paladares más curiosos explorando nuevos aromas y matices.

El nuevo lanzamiento representa la conjunción de dos mundos, la potencia tradicional del whisky escocés añejado durante 10 años con la dulzura de las barricas americanas. Un tipo de elaboración que consigue un whisky muy especial y que pretende sorprender a todos los niveles. Ballantine’s 10 American Barrel sigue la filosofía de George Ballantine que se resume en la máxima “Stay True”: no hay una forma incorrecta de hacer whisky, cualquier opción es válida.

Ballantine’s 10 American Barrel es un whisky que busca seducir a los paladares más curiosos explorando nuevos aromas y matices.

Aunque para apreciar un buen whisky, se tienen que tener unos mínimos conocimientos y eso es algo de lo que carecen la mayoría de las personas que se acercan por primera vez al mundo del whisky: criterio para saber cómo tomarlo y cuáles son los factores que determinan su calidad. A continuación resolveremos todas las posibles dudas al respecto.

Los pasos a la hora de disfrutar de un buen whisky:

Si se le presenta la oportunidad de saborear un buen whisky, existen algunos aspectos a tener en cuenta que harán de la experiencia algo mucho más placentero e intenso. Son los siguientes:

El vaso. Si queremos apreciar un whisky en todo su esplendor, no podemos emplear cualquier vaso. Tradicionalmente, para degustar un whisky solo o con hielo, se ha utilizado un vaso corto y de base sólida. Pero si queremos tener la posibilidad de recrearnos un poco más en sus aromas, lo más recomendable es conseguir una copa de degustación, que tiene una forma más estrecha en la boca que en el cáliz, lo que nos permite percibir los aromas de una manera más intensa.

Puro, con agua o con hielo. El modo más adecuado de tomar un whisky de calidad es solo, de esa manera se pueden apreciar todos sus matices. Sin embargo, añadirle un poco de agua (nunca mucha) o uno o dos cubitos de hielo, puede incluso mejorarlo, depende de cada tipo de whisky. El agua libera algunos aromas que en el whisky puro quedan enmascarados. Por otra parte, si lo que se desea es bajar la temperatura del producto pero sin añadirle agua, puede utilizarse un antiguo truco de las Highlands escocesas: añadirle unas piedras frías que antes se recogían en los ríos y ahora pueden adquirirse en tiendas especializadas.

La cata. Comience vertiendo un poco de whisky en el vaso, acérquese el mismo a la nariz e inhale con suavidad. Así podrá apreciar los aromas del producto. Tras esto, tome un sorbo y deje que el whisky recorra su paladar durante unos segundos. Si está ante un buen whisky, podrá percibir aromas conocidos, quizá alguno de ellos incluso le traiga recuerdos o le haga sentir de una forma especial.

Si queremos apreciar un whisky en todo su esplendor, no podemos emplear cualquier vaso. Tradicionalmente, para degustar un whisky solo o con hielo, se ha utilizado un vaso corto y de base sólida.

En qué hay que fijarse para saber si un whisky es bueno

Otra de las dudas más habituales entre los primerizos en el mundo del whisky es la técnica para distinguir un whisky de calidad de otro que no lo es. Hay algunas sencillas claves que nos pueden ayudar:

Olor a alcohol. Si cuando ponemos el whisky en el vaso huele mucho a alcohol y no se detectan con facilidad otros sabores predominantes, es que estamos ante un producto de baja calidad. Aunque se trata de una bebida alcohólica, los aromas principales del whisky tienen que ser de frutas, madera, vainilla, etc.

Alcohol en la boca. Cuando lo tomamos, un buen whisky nunca nos producirá sensación de anestesia o irritación debido a su contenido alcohólico.

Elaboración y antigüedad. En la etiqueta del whisky podemos encontrar en muchos casos su edad, su composición y el tipo de barrica en el que ha envejecido. Eso nos puede servir de guía para evaluar su calidad, aunque no es algo concluyente, siempre es necesaria una cata. Respecto a la edad, todos los expertos están de acuerdo en que los whiskys alcanzan su plenitud tras una maduración de entre 10 y 12 años, a partir de allí la mayoría suele ir perdiendo sus cualidades.

Aditivos. Algunos fabricantes añaden a sus productos caramelo, miel u otros productos con el objetivo de “tapar” un destilado de mala calidad. Así que si sospechamos que esto es así, deberíamos evitar esas marcas.

Precio. Obviamente, el precio puede ser un indicativo de que nos encontramos con un whisky de baja calidad, aunque no necesariamente los whiskys más caros son siempre los mejores.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Ballantine's. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.