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Studio 42

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Cecilia Marín

30 SEPTIEMBRE 2021 - 08:45

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Studio 42

El campus en el que se forman los talentos del siglo

Quienes han pasado por allí dicen que más que un campus de programación es una academia de valores. Entramos en 42, el proyecto de Fundación Telefónica para formar nuevos perfiles digitales bajo una metodología única.

Un proyecto con

Campus de programación

“Hard y soft skills”

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UP TO YOU

Depende de ti. Ese lema, en gigantescas y coloridas letras, recibe a los estudiantes a las puertas de 42, el campus gratuito de programación que Fundación Telefónica tiene en Madrid, Urduliz (Bizkaia), Málaga y Barcelona. Es toda una declaración de intenciones: un espacio dentro sin libros, clases o profesores. Para inscribirse no se requieren conocimientos previos ni títulos. Basta con quitarse miedos y tener ganas de “aprender a aprender”. Un apunte interesante: con el objetivo de fomentar las vocaciones STEAM entre las mujeres, se reserva un 30% de plazas exclusivas para ellas.

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Cerebro

Un espacio colorido se abre paso tras la primera puerta. Es el Studio 42, presidido por la imagen de un cerebro, que muestra la parte más emocional y creativa y la más racional, un espacio donde los estudiantes realizan todo tipo de eventos y entrenan sus soft skills. Llama la atención un muro con firmas. Entre ellas, la de Rafa Nadal. “Bienvenidos al futuro”, dice. Y no le falta razón. Porque si por algo es diferencial 42 es por su metodología única y disruptiva, que supone un verdadero cambio en el paradigma educativo.

Los estudiantes aprenden con un método basado en la gamificación y el “peer to peer”. Esto significa que aprenden de sus compañeros, superan sus proyectos a través del trabajo en equipo y son otros estudiantes los que los evalúan. “Aquí empiezas de cero, desde descubrir tú mismo cómo entrar en tu usuario a navegar en tu ordenador. Desde la cosa más pequeña en programación hasta crear una máquina virtual”, dice Ana, madrileña de 25 años.

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Piscina

Para acceder a este campus gratuito, nadie debe preocuparse si no sabe nada de programación. Muchos no tenían ni idea antes de comenzar y ahora se sorprenden haciendo algo que nunca habrían imaginado. Solo hay que aprobar dos test de habilidades online y, después, el mayor reto: un período de selección presencial de 26 días consecutivos. Es lo que llaman ‘piscina’. En esta fase, con el objetivo de fomentar las vocaciones STEAM entre las mujeres, 42 reserva un 30% de plazas exclusivo para este colectivo. “Durante la piscina me enamoré del proyecto”, cuenta Carlos, estudiante de 29 años. No hace falta saber programar, solo atreverse a intentarlo. Es una inmersión total en el mundo del código. Los piscineros que mejor nadan enseñan a los que menos saben y entre todos tratan de llegar hasta el final. “Es muy duro, pero tan intenso que supone un antes y un después en tu vida. Es una experiencia reveladora”, confiesa.

Refugio

El campus abre las 24 horas del día los 365 días del año para que los estudiantes puedan aprender a su ritmo. Carlos normalmente le dedica al día una jornada laboral. A veces más. “Cuando estás aquí, quieres estar más tiempo. Además, no estás todo el día delante del ordenador. Aquí hay más vida”, dice refiriéndose al Refugio, un espacio dedicado a la desconexión digital con sofás y numerosas literas, cafetería y hasta una biblioteca autogestionada.

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Cluster

Los clusters son el alma central del campus, donde los estudiantes aprenden código, un espacio donde resuelven sus retos y aprenden código en equipo. Ana le dedica cinco o seis horas diarias. Es diseñadora y al quedarse sin trabajo lo intentó en 42. “Yo sabía de programación lo justo”, dice, “pero aquí estoy rodeada de gente con perfiles diferentes”. No hay ningún patrón: biólogos, enfermeras, matemáticos, psicólogos, gente sin estudios superiores... Está abierto para todas las personas mayores de 18 años que aspiran a ser profesionales digitales de alto nivel.

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“Se lo recomiendo a quienes sientan interés ya no por la programación, sino por una manera de aprender dinámica. Puede que con lo que te quedes no sea con programar, pero sí con que hay otra manera de aprender”, destaca Cristina. “Esto es un nuevo comienzo para mucha gente y te genera otra manera de pensar”. Una forma de pensar aplicable a otras facetas de la vida.

La piña

La fórmula de aprendizaje de 42 rompe todos los esquemas con una metodología basada en la gamificación y “el peer to peer”, una filosofía centrada en “aprender a aprender”. Todo ello en un espacio en el que se fomenta la creatividad, el esfuerzo, la superación y el trabajo en equipo. Tanto es así que los estudiantes han llamado espontáneamente al grupo de compañeros que allí se forma “la piña”.

“Aparte del conocimiento de programación, 42 me está aportando resolución de problemas, tanto míos como ajenos”, dice Ana. “Es para gente que no lleva bien estar dos horas sentado en una sala con un profesor hablando”. Porque este es un aprendizaje basado en proyectos. Los estudiantes obtienen sus conocimientos a través de desafíos. Aprenden haciendo y pensando críticamente en lugar de siguiendo instrucciones y memorizando.

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Futuro

El proceso de aprendizaje suele durar 3 años, en los que los estudiantes deben superar varios proyectos organizados como un árbol de programación con más de 20 niveles, como si de un videojuego se tratase. Después de esta parte común obligatoria, los estudiantes pueden elegir su especialización: programación móvil, ciberseguridad, inteligencia artificial... ¿Y luego? Aunque no se obtiene ningún certificado oficial al no tratarse de formación reglada, la experiencia en otros países ha demostrado un altísimo índice de empleabilidad.

Primero en París y luego en ciudades como Ámsterdam, Tokyo o Roma, 42 se ha asentado en 36 campus de 22 países. En España, además del de Madrid, puedes registrarte también en el de Urduliz (Bizkaia), Málaga y Barcelona. Bienvenidas al futuro de las profesiones digitales… que ya es presente.

Créditos

Redacción: Cecilia Marín

Diseño UI y Dirección de Arte : Alessandro Marra

Maquetación: Saúl Fernández

Producción: Delia Blesa

TELEFÓNICA

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