Existe un color capaz de encapsular la elegancia, la sensualidad y la feminidad. Es el negro, el que da nombre a una de las prendas más icónicas de la historia de la moda, el ‘Little Black Dress’. Así mismo, es conocido por los fashion insiders como la apuesta segura para cualquier situación y como un símbolo capaz de trascender el tiempo y las tendencias. El poder de este color infalible radica en su capacidad para convertirse en el mejor aliado para pasar elegantemente desapercibida cuando se desea o para destacar gracias a la inigualable sofisticación que evoca. En las alfombras rojas más exigentes, en las royals e incluso en la historia del cine, podemos ver cómo el negro es el color preferido. Los pendientes de Norma Shearer, los collares de Joan Crawford o los increíbles brazaletes de Marlene Dietrich en la película ‘Deseo’, demuestran el poder del color negro en el universo de las joyas dentro del mundo del cine, un poder que ha traspasado la gran pantalla.

Pero ¿cuándo se convirtió el negro en el color protagonista? John Harvey explica en el libro ‘La historia del negro’ que es en los años 20 cuando comienza a asociarse con la elegancia. Al mismo tiempo, la historiadora de moda Anne Hollander indica en su ensayo ‘1984’, que el cine fue el otro gran trampolín del negro, mostrándole al público un nuevo mundo de fantasía en blanco y negro en el que los vestidos black eran los grandes reyes. Pero este color forma también parte del legado de otro de los iconos de la elegancia, TOUS, en cuyas creaciones podemos encontrar diseños con ónix facetado. La firma domina la fuerza de esta piedra preciosa dando lugar a piezas originales que transmiten emociones en las que el negro es garante de atemporalidad.

En su última creación, LoveMe The Onyx Parfum, el icónico oso TOUS se viste de negro como alguno de los looks total black más emblemáticos de la historia: