No le conocía de nada, pero conforme me acercaba a él, su sonrisa parecía más grande. Ahora dudo si era el año 2005 o 2006, pero recuerdo perfectamente que estábamos delante de la estación de tren de mi ciudad, por eso nos rodeaba un montón de gente caminando a toda prisa, aunque mis ojos se concentraban en el cartel que sujetaba con sus manos. Letras grandes, negras y mayúsculas, solo dos palabras, una arriba y la otra debajo: Abrazos gratis. Había leído sobre este movimiento. Sabía que empezó en Australia en 2001, cuando Jason Hunter perdió a su madre, una mujer que abrazaba a todo el mundo, y que años después la solidaria idea se expandió a otros países, entre ellos España. Así que me detuve frente a él y me abrazó sin decir ni una palabra. No hacía falta. Después yo me fui y él se quedó en el mismo sitio, abrazando a otras personas.
Que un desconocido te abrace por la calle y ese pequeño gesto te reconforte tanto te hace comprender el poder curativo de un abrazo. Cuántas veces nos hemos visto frente a alguien a quien queremos y que lo está pasando mal, sin encontrar las palabras para darle aliento. Tampoco son necesarias, basta un abrazo largo y sentido. O al revés: cuántas veces ante una buena noticia abrazamos con fuerza a la otra persona para transmitirle la alegría que nos invade.
No solo son un idioma universal: los abrazos, las caricias y el contacto físico con los seres queridos provocan un aumento del nivel de oxitocina en la sangre, la llamada “hormona del amor”, según diversos estudios científicos, entre ellos un trabajo con 38 parejas realizado por la Universidad de Carolina del Norte. A principios de la década de 2010, investigadores dermatológicos de Nivea participaron en un importante descubrimiento: nuestras células cutáneas poseen un receptor completamente funcional para la oxitocina. Este neuropéptido tiene muchos beneficios para la salud, y aumenta cuando tocamos o acariciamos a las personas que queremos. El contacto con la piel y la cercanía física con los demás nos hacen sentir bien, y al mismo tiempo mejoran nuestra salud y nuestra piel. Y si alguien sabe de piel es Nivea, que lleva 130 años estudiándola, entendiéndola y promoviendo su salud.

El poder del contacto humano. NIVEA #CareForHumanTouch
I
Las consecuencias silenciosas de la pandemia
«Con la Covid-19, el distanciamiento social ha cambiado no solo la forma de comunicarnos, sino que ha quedado en desuso uno de los mecanismos para liberar oxitocina. Y no me refiero solo al efecto sobre la piel, la oxitocina tiene muchos otros beneficios para la salud. En última instancia, es importante para nuestro bienestar general. Cuando nos aislamos durante un largo período de tiempo, sufrimos tanto mental como físicamente. Cuando hay contacto físico se benefician todos los órganos: la piel, el corazón, el sistema inmune, etc», explica la doctora May Shana’a, directora de I+D global de Beiersdorf.
El contacto físico dentro del círculo más cercano ha disminuido para un 71% de los encuestados en España. Por su parte, el 79% de los españoles reconoce que le gustaría recibir más abrazos, pero en estos momentos en los que la distancia social es una de las armas más efectivas que tenemos para luchar contra el coronavirus, 9 de cada 10 españoles evita los rituales que incluyen contacto físico, como apretones de manos, besos o abrazos. Son datos obtenidos gracias al último estudio internacional sobre el contacto físico humano antes y durante la pandemia Covid-19 publicado por Nivea, la marca de productos de alta calidad para el cuidado de la piel. El trabajo también ha podido concluir que las personas que experimentan un menor contacto físico se sienten solas a menudo. La pandemia ha provocado, según el estudio de Nivea, que casi la mitad de los españoles (48%) tengan sensación de soledad.
Alarmados por los efectos que pueden tener sobre las personas estos resultados, que además han revelado que el contacto humano se considera un aspecto clave para la felicidad y la salud, Nivea ha puesto en marcha la iniciativa de su propósito de marca ‘Care for human touch to inspire togetherness’ (cuidar el contacto humano para inspirar la unión entre las personas), con el objetivo de fomentar el contacto piel con piel cuando las circunstancias lo permitan. «En Nivea defendemos que haya más oportunidades de estar en contacto con la piel de otras personas a través de nuestra innovadora iniciativa Nivea #CareForHumanTouch», cuenta Ralph Zimmerer, Vice President Global NIVEA Brand Identity & Brand Capability.
La nueva campaña de Nivea habrá favorecido en el año 2025 la salud y el bienestar de más de 150.000 personas mediante proyectos relacionados con el contacto piel con piel, y para ello cuenta con un presupuesto de 20 millones de euros. El propósito #CareForHumanTouch arranca con un documental que narra la historia real de dos gemelas prematuras y cómo una de ellas logró sobrevivir gracias al cálido contacto piel con piel que pudo experimentar con su hermana dentro de la incubadora.
II
Gestos que embellecen por dentro y por fuera
Tiffany Field, del Instituto de Investigación del Tacto de la Universidad de Miami (Estados Unidos) es una de las muchas personas expertas que han señalado que el contacto piel con piel disminuye la producción de cortisol, la hormona que se libera como respuesta al estrés, y que aumenta la oxitocina. La conclusión no deja lugar a dudas: el contacto físico produce bienestar. Pero también la piel se beneficia del contacto humano: en 2020, los investigadores de Beiersdorf descubrieron que la oxitocina consigue que la piel sensible no se irrite y sea menos propensa al estrés. Pero aún hay más: la oxitocina puede influir positivamente en el proceso de envejecimiento de la piel. «La oxitocina ejerce numerosos efectos positivos en nuestro cuerpo y en nuestra mente, como la disminución de la presión arterial, el aumento del sentimiento de apego y la reducción de la inflamación y sensibilidad de la piel. Contamos con pruebas científicas sólidas de que la oxitocina participa significativamente en los efectos beneficiosos del contacto humano tanto para nuestra salud física y mental, como también para tener una piel sana y bonita», explica la doctora Tanja Bussmann, investigadora del departamento de I+D de Beiersdorf.
Hoy es impensable revivir una escena como la de los abrazos gratis. La pandemia impide que podamos acercarnos físicamente no ya a un desconocido, sino a mucha de la gente a la que queremos. Pero quedémonos con lo bueno: estamos en el mejor momento para estrechar el contacto físico con las personas con las que convivimos. Ralph Zimmerer lo tiene así de claro: «Dentro de nuestro círculo familiar más estrecho, el contacto piel con piel es más importante que nunca. Debemos intensificar nuestras relaciones más cercanas como un escudo contra la soledad».
Todo lo que el contacto físico puede hacer por nosotras
No cuesta dinero, no caduca, no se acaba, no ocupa espacio y lo puedes encontrar en cualquier sitio y en todo momento: hablamos del contacto físico, una de las maneras infalibles de sentirte bien por dentro y lucir una piel bonita por fuera.
