?
?

Eventos inspiradores Actualidad imprescindible Voces extraordinarias

Contenido desarrollado para

LA RIOJA TURISMO

La Rioja, pequeña gran diversidad

Es la región más pequeña de España, pero en sus apenas 200 kilómetros de oeste a este y escasamente 60 kilómetros de norte a sur, La Rioja despliega infinitas razones para abandonar la urgencia diaria y recorrerla en sus muchas vertientes

Content Factory

Compartir

Hay tantas Riojas como se desee al emprender el viaje. Este territorio supone no más del 1% de la superficie del país, pero en él se encuentran el clima mediterráneo, el atlántico y el continental, y en él cabe el extenso y fértil valle del Ebro, relieves glaciares, hayedos, robledales, pinares, rebollares, sotos y humedales, cañones, mosaicos de huertas y un mar de viñedos. Turismo rural, turismo de naturaleza, enoturismo, gastroturismo. La Rioja se reivindica como destino para el reencuentro con las pequeñas cosas que tanto hemos echado de menos.

En la región se asentaron y por ella lucharon pueblos prehistóricos, celtíberos, romanos, visigodos, árabes, castellanos y navarros. La Rioja atesora por todo ello una riqueza cultural y artística que hunde sus raíces en el arte y la historia, como los monasterios de Suso y Yuso de San Millán de la Cogolla, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que esconden en su interior las primeras palabras del castellano.

En el territorio de La Rioja, de prodigiosa biodiversidad, se asienta también el Parque Natural de la Sierra de Cebollera, en el Camero Nuevo, y la Reserva de la Biosfera de los valles del Leza -que comprende el Camero Viejo-, Jubera, Cidacos y Alhama, declarada a su vez destino turístico Starlight por la calidad de sus cielos para la observación de estrellas. Más de 650 kilómetros de itinerarios verdes se entretejen en su paisaje y recorren sus seis espacios naturales protegidos de la RED Natura 2000, que cubren más de 160.000 hectáreas de su geografía, un tercio de la región. Cercanos a estos, una red de más de 200 alojamientos rurales abren la puerta al turismo de naturaleza y el turismo activo.

Confluencia de caminos

Si hay una ruta que hace grande a La Rioja es el Camino de Santiago, que impulsó el desarrollo de la región, también de su capital Logroño, en la Edad Media, y que ha moldeado durante siglos el carácter hospitalario de sus gentes. Para el peregrino siempre hay una buena copa de vino. En territorio riojano confluyen el Camino Francés, el Camino Jacobeo del Ebro y el Ignaciano. Recorridos a pie, a caballo o en bicicleta, son el escenario de La Rioja de las leyendas, de los monasterios como el de Santa María La Real en Nájera, donde descansan reyes e infantes de Navarra como sede que fuera del reino de Pamplona-Nájera, o catedrales como la de Santo Domingo, localidad que nació y creció a partir del Hospital de Peregrinos que fundó el Santo en el siglo XII y cuyo puente sobre el río Oja facilitaba el peregrinaje. El peregrino avanza así por la región a través de la historia y de paisajes de cereal y viñedo.

Porque es la viña la que cubre mayoritariamente una región con nombre de vino. En sus más de 400 bodegas pertenecientes a la DOCa. Rioja hay una variedad de discursos con un objetivo común de elaborar el mejor vino que esta tierra puede dar a luz a partir de sus infinitos terruños. La Rioja hace justicia a su definición de tierra de los mil vinos y ofrece la heterogeneidad de paisajes y estilos que solo los grandes territorios vitícolas pueden desplegar.

La Rioja acrecienta sus opciones para vivir la cultura del vino en sus dos rutas enoturísticas: la Ruta del Vino de Rioja Alta y la Ruta del Vino de la Rioja Oriental. La región ofrece la posibilidad de la cata en bodegas, el encuentro con el productor y su hábitat, el viaje de transformación de la uva desde la viña y, en definitiva, el vínculo con la cultura del lugar para entender la región desde sus entrañas. En barrios de bodegas en municipios con larga tradición vitícola, en bodegas centenarias, bodegas château o bodegas-museo, de arquitectura vanguardista o fruto de pequeños proyectos familiares con calados en los que el vino se elaboraba en lagares, se transportaba en pellejos y se contaba en fanegas. La región expresa su herencia y se proyecta al futuro manteniendo su personalidad.

Cocina de territorio

En esta tierra fronteriza, la gastronomía también se ha enriquecido de la diversidad de su materia prima y de las influencias de sus territorios limítrofes. La Rioja es la cocina de las madres, de las guisanderas, del buen plato de alubias, de las patatas con chorizo. Es tierra también de buenas carnes y de chuletillas al sarmiento, es la alegría y el color de las barras de pinchos en una región de arraigada cultura de la tapa y territorio de quesos artesanales. Y es valle de generosa huerta que invita a una gastronomía que sigue el ritmo de las estaciones.

En esta región rica en recetario y sabia aglutinadora de tendencias, crece el número de estrellas Michelin (El Portal, Venta Moncalvillo, Kiro Sushi, Ikaro), alumbran nuevos soles de la Guía Repsol y se consolida la calidad de sus cocinas, que siempre han ensalzado al producto de cercanía. La región se posiciona entre los territorios gastronómicos de referencia, con la convivencia de generaciones y de propuestas que hablan ya de una revolución de la cocina riojana.

La Rioja invita a redescubrirla en sus valles, montañas  viñedos, en sus calados donde el vino gana nobleza con el paso del tiempo, en sus recetas de siempre con mirada de ahora, en sus entornos y pueblos inolvidables donde nunca se es forastero. Una región que siempre ha sido vino y que durante siglos fue frontera entre reinos. La Rioja es una tierra que hay que vivir, catar y paladear con calma.

Compartir

Este contenido ha sido desarrollado por La Rioja Turismo para Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.