Cómo conseguir una vuelta segura a las aulas
La tecnología será determinante para garantizar un regreso seguro a la educación presencial. Por eso, Prosegur, junto con su fundación, han lanzado una convocatoria a startups para que aporten soluciones innovadoras que ayuden a garantizar una vuelta al cole 'covidfree'
Mesas separadas, comedores convertidos en aulas, mascarillas en pasillos y clases, geles hidroalcohólicos... Mientras el curso escolar se acaba, la gran pregunta es cómo será la vuelta a las aulas en septiembre. Es una de las mayores incertidumbres de la “nueva normalidad”. Los gobiernos perfilan los protocolos para el regreso, pero solo hay una cosa clara: “la necesidad de un regreso seguro a las aulas es un desafío de toda la sociedad a contrarreloj”, tal y como asegura Mercedes Borbolla, directora de la Fundación Prosegur. Por eso, prosigue, “lo más urgente es buscar soluciones, que curiosamente, siendo tecnológicas, nos ayuden a recuperar el elemento que nos hace más humanos: el contacto y la interacción con los demás, algo fundamental para el desarrollo cognitivo”.
Con este objetivo claro y su amplia experiencia en el ámbito educativo en nuestro país y en Latinoamérica, la Fundación Prosegur, de la mano del área de Innovación de Prosegur, ha lanzado una convocatoria para que startups de todo el mundo propongan soluciones innovadoras que contribuyan a que la vuelta a las aulas sea segura y cumpla con todas las normas de Salud Pública para la educación presencial en guarderías, colegios, institutos, universidades y escuelas superiores. La iniciativa cuenta ya con la colaboración de la Comunidad de Madrid y como entidades South Summit, La Salle y las fundaciones EXE (Empieza por Educar), Ashoka, Créate, Scientia y el Comité Español de los Colegios del Mundo Unido.
“Estamos buscando ideas que se puedan aplicar ya con pruebas piloto. Queremos ayudar a la gente que ya está trabajando en ello a poner sus proyectos en marcha”, añade Borbolla. Por eso, la startup ganadora podrá validar sus tecnologías en un entorno real en un piloto que durará hasta dos meses y que cuenta con una dotación de hasta 15.000 euros. Hasta el 6 de julio está abierto el reto y el 16 de julio se conocerá al ganador. "Necesitamos soluciones que sean funcionales, de implantación ágil, que se puedan llevar a los centros en septiembre y que sean escalables y replicables porque estamos ante un reto mundial", agrega Carolina García, manager de Innovación Abierta de Prosegur.
"El hábitat de los niños y los jóvenes es la escuela y la universidad. Nuestro cerebro es absolutamente social y tanto niños como jóvenes necesitan relacionarse con otros su equilibrio emocional y para desarrollar las llamadas competencias blandas (las soft skills), como la empatía, el trabajo en equipo, el emprendimiento, fundamentales en la educación del siglo XXI. ¿Cómo van a desarrollarlas detrás de una pantalla?", se pregunta Borbolla.
Además, prosigue, es fundamental que los estudiantes, independientemente de su edad, vuelvan a la aulas porque la crisis del coronavirus y el cierre de las aulas ha generado unos efectos colaterales muy significativos, como son la desigualdad producida por la brecha digital -más de 800 millones de niños en todo el mundo se han quedado atrás al no tener acceso a clases virtuales, según datos de la Fundación Everis-, los problemas de conciliación familiar con padres teletrabajando e intentado ejercer de profesores o el estrés y la carga laboral de los docentes atendiendo a alumnos en diferentes velocidades. Tampoco hay que olvidar al colectivo de personas con capacidades diferentes, cuya formación es imprescindible para su inserción socio-laboral. Problemas que, además, son globales y comunes a todos los países del mundo. "La pregunta es: ¿cuántos niños habrán desaparecido del sistema educativo en este contexto y en qué estarán ocupando su tiempo? Si no encontramos soluciones rápidas para garantizar la vuelta a las aulas de forma segura, ¿a cuántos niños y jóvenes estaremos dejando por el camino?, se pregunta la directora de la Fundación Prosegur.
Claves para la vuelta
La tecnología va a ser determinante en esta vuelta segura a las aulas, especialmente en tres puntos clave. "El primero es el control de accesos, para que sea seguro y se identifiquen los síntomas cuando se acceda al centro. El cumplimiento de los protocolos en el interior también es crítico para evitar que se produzcan aglomeraciones en las aulas o el patio y se cumplan las normas de higiene o el uso de mascarillas si corresponde. La tecnología nos ayuda en su cumplimiento", analiza Carolina García.
Lo que está claro, prosigue, es que no habrá una solución única y que lo más importante son los protocolos de seguridad y salud que determinen los gobiernos. "La tecnología no es un fin, es el medio para conseguir que se apliquen de forma segura", matiza. Y siempre, además, se deberán tener en cuenta aspectos fundamentales como la privacidad de los menores y que hablamos de una comunidad educativa formada por perfiles tan variados como los niños, que no tienen dispositivos móviles, sino que usan los de los adultos, y unos jóvenes absolutamente tecnologizados. "Por eso, hay que pensar soluciones específicas en el caso del público infantil, orientadas a la infraestructura, al edificio o a una monitorización no invasiva, mientras que para el público adolescente se imponen los wearables o las apps más personalizadas".
Porque, como asegura Mercedes Borbolla, la vuelta a las aulas es imprescindible desde un punto de vista social. “La educación es el motor del progreso y un derecho fundamental para niños y jóvenes. Garantizar un regreso a los centros educativos de manera segura es un desafío que nos implica a todos, porque su impacto es global. Por tanto, encontrar la fórmula para resolver este problema debe ocupar un primer plano en la agenda, ya que es la llave para restablecer la normalidad de todos los agentes implicados y enfrentar efectos como la deserción escolar, la brecha digital, la conciliación familiar y un regreso eficiente a la empresa".