Una fuente de ingresos flexible para perseguir su sueño: ser árbitro de fútbol
Antonio Gutiérrez es árbitro provincial de Málaga, pero su ambición siempre ha sido arbitrar en la Liga Profesional de Fútbol. Por eso buscó una fuente que le permitiera obtener ingresos sin estar sujeto a horarios
Comparte apellido y apodo con el futbolista Guti y parecido físico con el bético Joaquín –“ya estabais tardando en decírmelo”, ríe-, pero más allá de estos hechos anecdóticos, Antonio Gutiérrez tiene otro nexo común aún más fuerte con ellos: su pasión por el deporte. Para este joven de 22 años, el fútbol es un estilo de vida y espera que dentro de poco, también pueda ser un medio.
Perteneciente a la Generación Z, este malagueño comparte con sus coetáneos ese halo inconformista que define a los nacidos entre 1994 y 2010. Quizá por eso hace unos meses decidió arriesgar y dejar sus estudios superiores de Economía y Marketing para perseguir su verdadera vocación: ser árbitro profesional de fútbol. De hecho, actualmente trabaja como árbitro provincial de Málaga, aunque su sueño, por supuesto, sería llegar al ámbito nacional.
“Empecé a colaborar porque necesitaba ingresos extra de forma rápida y flexible para poderlo compaginar con el arbitraje”
De momento, lo compagina con un trabajo en Decathlon y, además, colabora como repartidor con la plataforma de reparto española Glovo. Conoció la start up por la amplia presencia de glovers en Málaga, donde las mochilas amarillas forman ya parte de la fotografía de la ciudad. “Empecé a colaborar hace cuatro meses porque necesitaba una fuente de ingresos extra de forma rápida y flexible para poderlo compaginar con el arbitraje”, dice.
Aunque pertenezca a esa primera remesa de ciudadanos nacidos en la era digital, Antonio no utiliza redes sociales -“odio las fotos”-; sin embargo, su teléfono móvil se ha convertido en su principal herramienta de trabajo, junto con su moto. Mientras que más de la mitad de los repartidores de Glovo utilizan la bicicleta para realizar los pedidos, él pertenece a ese 33% de repartidores que prefiere hacerlo en moto. “Me encanta montar en moto. Esta la llevo ya desde hace cuatro años y está un poco antigua, pero gracias a lo que gano con Glovo voy a comprarme una 125, una cilindrada superior”, sostiene.
Un horario a la medida de sus necesidades
La jornada de Antonio suele abarcar de 15 a 20 horas semanales y factura, de media, entre 7 y 8 euros netos la hora, aunque la cantidad que genera un repartidor por cada pedido depende de una serie de variables, como la distancia o el importe del pedido, así como días clave, como la pasada feria de Málaga. “Fue una locura. Teníamos todas las horas abiertas para dar servicio a la demanda y fácilmente pude sacar 10 euros netos la hora”, recuerda.
Aunque el perfil del mensajero de Glovo es muy transversal y no hay un patrón definido, el 22% de los colaboradores son, como Antonio, estudiantes o exestudiantes. Además, más del 60% ocupaban trabajos temporales o de media jornada antes de unirse a la plataforma y el 16% de los colaboradores actuales se encontraba desempleado antes de unirse a la app.
“Para mí lo mejor de colaborar con Glovo es la flexibilidad. Puedo compaginarlo perfectamente con mis otros trabajos y me permite ahorrar para pagar el Grado Superior en Acondicionamiento Físico que quiero hacer al año que viene”, opina, ofreciendo las mismas razones que alegaron el 90% de los colaboradores de Glovo para unirse a la plataforma: los ingresos y la flexibilidad.
Año en el que nació Glovo
Usuarios únicos de la plataforma
Comercios asociados
Países disponibles
Ciudades en el mundo
Ciudades en España
Pedidos anuales
Colaboradores de Glovo
Porque en Glovo son los repartidores los que deciden libremente cuándo y cuánto quieren colaborar. En ningún momento reciben directrices ni órdenes y no tienen ningún tipo de exclusividad ni un mínimo de horas colaborar, ya que cuentan con un tipo de contrato de prestación de servicios, en la mayoría de los casos llamado TRADE, para trabajadores autónomos, la única forma legal de colaboración que permite tener tanta flexibilidad en las horas en las que se colabora. De hecho, como Antonio, muchos de ellos compaginan su labor de repartidor con otras actividades profesionales, incluso trabajando en varias plataformas a la vez.
“Yo estoy contento y firmemente recomendaría colaborar con Glovo”, manifiesta Antonio, que forma parte de ese 79% de repartidores que se declaran satisfechos. “Para mí, como digo, es una fuente de ingresos a corto plazo, aunque conozco a compañeros que lo utilizan como método vida y ganan entre 2.000 y 3.000 euros al mes de una forma digna”.