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¿Cómo se financia la Iglesia Católica en España?

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Existe mucha confusión entre la población sobre las fuentes de financiación de la Iglesia Católica en España. A veces por falta de información, a veces por una desinformación claramente interesada, un alto porcentaje de españoles no tiene claro cómo y de dónde recibe la Iglesia el dinero necesario para mantener sus instalaciones y atender a quienes lo necesitan.

Una respuesta sencilla a una pregunta directa: la Iglesia Católica recibe del Estado el 0,7% de los impuestos de aquellos que marcan libremente la casilla correspondiente en la declaración del IRPF. Es así desde que en diciembre de 2006 se firmó la modificación en el sistema de asignación tributaria.

Estas son fechas clave en la puesta en marcha del modelo vigente en la actualidad:

1979: se ponen los cimientos del actual sistema de financiación En el año 1979, tras la aprobación de la Constitución democrática, la Santa Sede y el Estado español suscribieron un acuerdo sobre Asuntos Económicos, por el que se ratificó que el Estado seguiría apoyando económicamente a la Iglesia con una cantidad única y, lo más importante, se pusieron los cimientos para una progresiva modificación de este procedimiento.

Con estas nuevas bases, se estableció un sistema de transformación para conseguir llegar a la situación actual, en la que la Iglesia no tiene ninguna asignación en los Presupuestos Generales del Estado.

El acuerdo entre la Santa Sede y el Estado de 1979 puso los cimientos para el sistema de financiación actual

1988: primer año de la “casilla voluntaria” El año 1988 fue el primer ejercicio en que los ciudadanos pudieron marcar en su declaración de la renta la asignación de una parte de sus impuestos (0,53%) a la Iglesia o bien a “fines de interés social”. Además de esta aportación voluntaria ciudadana, se mantuvo un complemento anual por parte del Estado a través de los Presupuestos Generales.

2000: pueden elegirse las dos “casillas” en el IRPF Doce años más tarde, en el año 2000, se modificó la declaración del IRPF para permitir que se pudiera asignar un porcentaje de los impuestos tanto a la Iglesia como a otros fines sociales, sin que la cuantía se redujese al escoger ambas.

2006: se rubrica el nuevo modelo de financiación de la Iglesia Católica Todos estos pasos llevaron a la firma en 2006 de un nuevo modelo de financiación, que eliminó definitivamente la dotación directa del Estado y la exención del pago del IVA, y se incrementó del 0,43% al 0,7% el porcentaje de aportación vía IRPF.

¿Y con esto es suficiente? Además de la aportación del Estado vía IRPF, la Iglesia se sostiene con la aportación de sus fieles a través de otras vías:

Donativos y suscripciones periódicas - Colectas ordinarias - Colectas extraordinarias (Domund, Campaña contra el hambre, Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado…) - Aranceles (intenciones de misas, expedientes matrimoniales, etc.) - Herencias y legados de los fieles

Marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta no supone coste alguno para el ciudadano. No le devolverán menos ni pagará más. Pero sí constituye una gran ayuda para miles de personas que lo necesitan. Un pequeño gesto para una gran obra.

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